Lo que voy a
hablar aquí me parece algo muy interesante, y algo que podríamos
considerar para nuestra Revolución.
Hace unos años atrás
mi esposa y yo fuimos invitados a un matrimonio de “la mafia”
italiana en Montreal, Canadá. Digo “mafia” entre comillas,
porque hoy en día, la “mafia” italiana en Canadá, lo que era
originalmente la mafia siciliana, ya no está involucrada en asuntos
criminales como tal. En la provincia de Quebec, se podría decir que
son ellos quienes controlan la industria de la construcción, la
pasta y el queso.
De todas maneras, lo interesante de esta
“mafia” es como se organizan entre ellos, y creo yo que de este
tipo manera de organizarse, podríamos aprender mucho. Les daré aquí
varios ejemplos.
El matrimonio era inmenso, donde asistieron
alrededor de 800 personas, familiares, amigos, socios, etc. La fiesta
duro de las 3 de la tarde hasta las 3 de la mañana, donde comimos de
todo, con 5 servicios de comida y 3 de postre, salmón ahumado,
trucha fresca (sacados vivos de un acuario), parmesano añejo, queso
azul italiano, ostras, langostas, champaña, vinos italianos de todos
tipos, tortas de todos tipos, frutas, espárragos, alcachofas, carne
de cerdo, de pato, conejo, oveja, res, y todo esto servido
individualmente al estilo que uno quisiera, preparado por uno de los
12 chefs presentes.
Yo me preguntaba, ¿como pueden pagarse
una fiesta de tal magnitud?
Alguien allí me lo explicó. Al
entrar a la fiesta se encontraba una gran jaula para pájaros, al
estilo de las jaulas donde se guardan guacamayas, y allí, al entrar,
cada invitado depositaba un sobre. Al final de la noche, la jaula
estaba llena de sobres. Cada sobre llevaba sea un cheque o dinero en
efectivo, y cada persona donaba lo que podía, pero la mayoría
donaba entre $500 y$1000. No me acuerdo de las cifras exactas, pero
era algo así: habían recolectados alrededor de $600,000, la fiesta
costa algo como $280,000, y la pareja recién casada se quedo con el
resto.
Les pregunté porque hacían esto, y me contaron que
toda esta misma gente, y algunos nuevos, asisten a 3 o 4 matrimonios
cada año, es decir, a matrimonios de sus hijos e hijas, y en cada
matrimonio ocurre la misma cosa. La razón que lo hacen, es para que
sus hijos, al casarse, compren su primera casa en efectivo, así
liberándose inmediatamente de cualquier compromiso con los bancos, y
así, liberándose de deudas para que puedan concentrarse en negocios
y ganancias.
Otra practica común entre ellos, es de siempre
comprar lo que necesitan de un negocio que pertenece a otro miembro
de “la mafia,” así asegurando que el dinero y las ganancias
circule entre ellos y que no caiga en manos de los “no mafiosos.”
En la industria de la construcción, y particularmente en lo
que tiene que ver con los contratos gubernamentales, donde se
encuentra la mayor suma del dinero en esa industria, lo que esta
“mafia” hace es lo siguiente: Primero, lo que hacen es de
asegurarse que de las empresas que compiten para algún contrato
gubernamental, las empresas italianas están en mayoría, entonces,
por ejemplo, de 15 empresas que compiten para un contratos, por lo
menos 10 son italianas, y todas estas empresas italianas trabajan en
conjunto, con acuerdos ya establecidos previamente. Es decir, para
ese contrato en particular, le toca hoy a tal o tal empresa italiana
ofrecer el servicio a un precio muy bajo, lo cual las otras empresas,
italianas y no italianas, nuca podrán competir en contra. Así se
aseguran que casi siempre sean empresas de construcción de la “mafia
italiana” quienes obtengan los contratos.
Lo que quiero
decir aquí, es que la “mafia” italiana en Canadá trabaja de
manera cooperativista y comunal, siempre ayudándose entre ellos, de
manera solidaria, y no de manera egoísta e individual. Creo que
podríamos hacer igual.
Por ejemplo, cada vez que compramos
algo, deberíamos comprar solamente de negocios manejados por
Revolucionarios, para que el dinero quede en nuestras manos de manera
comunal. ¿Por qué darles dinero a un negocio manejado por gente de
la oposición? Otra cosa, y lo que nunca deberíamos hacer, es
comprar artículos de marcas extranjeras, porque cada vez que
compramos algún articulo Nike or Adidas, o lo que sea, una buena
parte del dinero cae en manos de los gringos. ¿Por qué enriquecer a
los mismos gringos que nos han explotado durante décadas?
Por
lo demás, deberíamos considerar trabajar de manera comunal en todo
lo posible, pero para hacer eso hay que dejar de lado el egoísmo, la
envidia, el individualismo, y la viveza venezolana.
De la
“mafia italiana” podemos aprender
mucho.
oscarheck111@yahoo.com