¡Maldito carnicero!
¡Malditos escuálidos!
Fui a comprar carne en una pequeña carnicería de un portugués aquí en Táchira, y allí, como siempre, tiene el televisor sintonizado en Globovision. Pero esta vez, por casualidad, llegué cuando estaban pasando Aló Ciudadano. Le pregunté al carnicero si sabía que Leopoldo Castillo fue embajador de Venezuela en el Salvador, y que fue involucrado en la recolección de información que la CIA utilizaba para asesinar a mojas y curas.
Para dar la impresión de ser apolítico, el carnicero me respondió, “Yo no me meto en eso.” Entonces le dije, “No tiene nada que ver con política. Tiene que ver con lógica. ¿Como puedes escuchar a ese tipo? ¡Es un criminal!” Me respondió, “¡A mi no me importa esas cosas! ¡Estamos en un país libre!”
¡Me arreché!
Le devolví la carne que había comprado y le dije, “¡Revenda la carne, y para que sepas, no le compraré nada mas aquí!”
La razón que me arreché tanto es que este carnicero, sabiendo que soy (era) canadiense, y pensando que yo iba a compartir su punto de vista, siempre me expresaba su disgusto por los venezolanos, porque los considera ignorantes y salvajes. Pensando equivocadamente que este señor era un ser pensante y posiblemente inteligente, siempre le decía, “No estoy de acuerdo …” y le daba ejemplos de las grandes cualidades de los venezolanos, de las grandes obras y de la gran libertad que tenemos, comparado con los países supuestamente civilizados.
Pero ayer, cuando me respondió que no le importaba un coño que Leopoldo Castillo sea un criminal, me volví loco. Este carnicero, un extranjero ganándose una fortuna vendiéndole carne a los “ignorantes y salvajes,” también escucha hablar a Leopoldo Castillo, quien siempre anda diciendo que aquí en Venezuela no existe la libertad, pero al carnicero, si le parece que existe al libertad cuando se trata de proteger a un criminal.
Gracias a ese maldito carnicero, ahora entiendo un poco mejor la mentalidad de los escuálidos. Son personas desalmadas, a quienes no les molesta ni un poquitito hablar de otros como si fueran ignorantes y salvajes, y que al mismo tiempo no le importa nada promover públicamente a un criminal como Leopoldo Castillo. Son personas sin almas, sin valores, egoístas y malos.
Nunca pensé que existieran personas aquí en nuestro país que sean tan malas, pero ahora se que sí existen, y que son estas personas las que están saboteando nuestro país, como lo que está ocurriendo ahorita mismo, mientras que escribo, en Mérida.
De acuerdo con la información que estoy recibiendo de mis amigos, están ocurriendo apagones en todos lados, y se han cerrado varias de las mas grandes bombas de gasolina. Hay trancas de trafico por todas partes, y la policía no está haciendo nada.
Al parecer, Mérida es un desastre hoy, y a ellos, a los malditos escuálidos, quienes están infiltrados en todos los niveles, y que andan saboteando, no les importa un coño, igual al carnicero.
Ya no será solamente sabotaje de Corpoelec, del metro de Caracas, de VTV y AVN, o de periodistas del sistema publico, sino también del sistema de distribución de combustible, del gas, del sistema de distribución alimentaria, del ferrocarril del Valle del Tuy, del metrocable de San Agustín, y cualquier otra cosa, que, bajo las instrucciones de la CIA, se les ocurra a estos escuálidos, para jodernos a todos.
¡Maldito carnicero!
¡Malditos escuálidos!
oscarheck111@yahoo.com