El catire, en su gestión como Gobernador, se caracterizó por varias cosas entre las que destacan: la solidaridad, la soberanía, la camaradería y sobre todo una alta vocación social. No fui beneficiario de su larga gestión, pero me conformo con que ayudara a mucha gente del pueblo y algunos que otros como a mi padre Isaac Rómulo (QEP), diferencias personales y políticas las hubo, como no? Somos seres pensantes y además enemigos de esa unidad sin principios. En unas cosas tuvimos razón y en otras no; pero ahora con 53 años a cuestas y en plena madurez y facultades mentales, debo reconocer que al César lo que es del César y al pueblo lo que es de Dios.
La llegada de Didalco nuevamente a nuestras filas, es un refuerzo oportuno, porque como todos saben (hasta las piedras), Aragua corre el riesgo de caer en manos de una camarilla sifrina, que ya antes Didalco desde la Gobernación, puso en su sitio y los mandó bien largo al carajo (como suele decir nuestro camarada José Vicente Rangel en su programa dominical). Ah, y que disfrazados de ovejitas, se nos vienen vendiendo como los nuevos salvadores, cuando todo el mundo sabe donde está el centro de operaciones “mardito” o laboratorio que le quiere meter a los aragüeños Mardo por liebre.
Nuestro Presidente Hugo Chávez, no da puntada sin dedal y como buen estratega, cualidad que le reconocen hasta sus enemigos, consciente del peligro que corre el pueblo y nuestra revolución en Aragua y dada la importancia estratégica de nuestro estado, no ha vacilado nuestro máximo líder nacional en “enrolar” sin perdida de tiempo a ese cuarto bate de la política, que las manipulaciones de Ismael y de la derecha habían logrado distanciarlo de sus bases naturales de apoyo, que él mismo ayudó a construir desde que puso pie en esta región y muy joven militó en todas las causas justas de nuestro pueblo. ¡Así que bienvenido Didalco! Hasta la próxima entrega.