La razón histórica

La razón histórica de los pueblos, materializada en las luchas y revoluciones que este adelanta; adopta diferentes formas temporales en función, como lo enseña el marxismo, de la objetividad material de la sociedad, que no es otra cosa que la forma como se relacionan los seres humanos para producir los bienes y la riqueza.

Objetiva y subjetivamente la sociedad mundial en general y la de los llamados países subdesarrollados en particular, viene demostrando que va madurando para dar el salto cualitativo hacia una forma superior de producción y por ende de organización político-social que a su vez significará la etapa de transición hacia el comunismo dónde desaparecerán las clases sociales; no es cuento, desde hace más dos siglos y de manera especial en el siglo XX y lo que va del XXI la humanidad ha venido acumulando fuerza y dando certeros golpes al dominio del capital y al sistema imperialista, esto no significa que el capitalismo ya esté liquidado y que la reacción no haya producido grandes derrotas temporales a la causa revolucionaria, pero de que existe un proceso de acumulación de fuerza en torno de las propuestas progresistas, socialistas y del movimiento comunista mundial no puede ya caber duda.

Lo dicho en el párrafo anterior nos señala muy claramente que es cierto aquello de que toda derrota a la causa popular es siempre transitoria, la escala del tiempo de vida humana quizá pudiese llevarnos a caer en el error de interpretar las derrotas sufridas por la revolución, sea cual sea su signo, como permanentes y esa premisa deviene falsa cuando se estudia la historia con escalas temporales más amplias que la limitada vida humana medida en apenas unas cuantas décadas.

No fracasó de manera permanente la idea bolivariana, y de muchos otros y otras en relación a la necesidad de la unidad latinoamericana; hoy América Latina se une precisamente en torno a esas ideas y va construyendo un interesante camino de unidad y encuentro antiimperialista, como tampoco fracasaron de manera permanente las resistencias indígenas de las cuales a su vez la gesta libertaria de Miranda, Bolívar, Sucre, San Martin, Artigas y otros fueron continuidad histórica en el sentido más amplio; no fracasó, como lo pretendió enseñar Francis Fukuyama, el socialismo como propuesta de liberación y emancipación humana, tan solo hubo una pausa en la bella experiencia de construcción socialista en Europa del este que sirve hoy de lección histórica, por sus grandes aciertos y errores, al camino revolucionario que se transita en buena parte del mundo.

Nunca ha fracasado permanentemente la revolución independiente del fondo y forma que la realidad le imponga, porque tarde o temprano la razón histórica, luego de su derrota siempre temporal, sale de su estado de latencia y se convierte en fuerza impulsora de los cambios.

Ahora bien, si la razón histórica se hace presente a través de los tiempos para impulsar las causas populares aparentemente derrotadas en el pasado, reconozcamos entonces la casi invencibilidad de los pueblos cuando hacen de esa razón histórica su conciencia permanente, su estímulo para la lucha; y prendido de esa razón histórica es que el pueblo venezolano, con claridad clasista, sabiendo dónde están sus aliados y dónde sus enemigos, se apresta a propinar otro golpe al proyecto imperialista al derrotar a sus representantes nacionales, personificados en la MUD y en su candidato presidencial, el próximo octubre pronunciándose por el candidato antiimperialista y luego a profundizar la revolución.

¡Venceremos!


Militante del PCV

@edgarmelendez79


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Edgar Meléndez


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