Hace solamente unos tres o cuatro años atrás vi un documental gringo con mi
esposa sobre el hecho de que los animales, fuera del tiempo de pareo, practican
la homosexualidad, los machos y las hembras por igual. Pero lo lastimoso es que
solo pasaron este documental en televisión un vez, y nunca mas lo vimos, como
si fuera intencional para que nadie mas lo vea, para que nadie se entere de la
verdad.
Me acuerdo que cuando crecía me preguntaba, “¿Y por qué será que siempre veo
que los hombres andan con mujeres, y las mujeres con hombres?” También me
preguntaba, “Por qué es que la gente va a la iglesia todos los domingos?” En
aquellos tiempos el altar se encontraba contra la pared y el cura, murmurando
cosas en latín que nadie entendía, celebraba la misa con la espalda hacia
nosotros, es decir, hablaba con la pared. Para mí, eso no tenía ningún sentido,
no creía que Dios se encontraba en la pared, o detrás de la pared.
De todas maneras, lo que quiero decir es que hay cosas en la vida que el
colonialismo nos ha inculcado como verdades, como malo y bueno, como correcto y
no correcto, cuando en realidad son cosas naturales, cosas de la naturaleza.
Por haber trabajado con varias tribus Indígenas, sé que la homosexualidad es
algo natural, es decir, es algo que no se oculta ni se denigra como si fuera
algo malo o satánico.
En los últimos años, y mas recientemente en los últimos meses, nuestra bella Revolución
ha tenido el coraje de hacer frente a la realidad, no solo en el tema de la diversidad
sexual, sino en la diversidad en general, de dar la cara a la verdad, sin
esconder la realidad.
¡Viva la Revolución de la verdad!
oscarheck111@yahoo.com