El tiempo transcurre velozmente y la campaña electoral venezolana comienza a mostrar de manera formal sus primeras escaramuzas, cuando se han realizado en la calle grandes movilizaciones por parte de los afectos a los dos candidatos de mayor preferencia en el electorado: el Presidente Hugo Chávez Frías y el ex gobernador de Miranda (prestado temporalmente a la oposición) Enrique Capriles Radonski.
En las dos primeras semanas, además del contacto con el electorado, los candidatos han dado sendas ruedas de prensa y cada uno a su manera, ha expresado sus ideas y sus objetivos en caso de llegar a la presidencia.
Paralelamente sus comandos de campaña se han desplegado por todo el país y en algunos momentos, como en los últimos días, han aparecido algunos síntomas que no son nuevos porque ya antes se habían hecho sentir por parte de la oposición; sobretodo, cuando han querido presentar su candidato en los sectores populares y se han generado hechos de violencia.
Es en este aspecto donde vale la pena hacer un análisis del porqué este ingrediente se ha tratado de activar y a su vez, porque se ha presentado como un elemento proveniente del chavismo; cuando es en realidad desde la propia oposición donde se ha generado, incluso desde mucho antes del inicio de la campaña autorizada por el CNE, ya que el candidato Radonski había iniciado su campaña de una manera ilegal.
El punto está en el hecho de que la oposición ha querido jugar posición adelantada y ha generado - asesorada por agentes extraños - una matriz de opinión de que es el Primer Mandatario el violento, por su forma de hablar o de actuar y desde luego, el único promotor de la violencia en nuestro país.
Mientras tratan de entubar la campaña hacia este túnel sin salida de la violencia (escrito en el libreto), pareciera que el Comando Carabobo ha caído en esa trampa y le ha hecho el juego a la oposición para que el candidato opositor, a quién por cierto ya no vale la pena llamar majunche porque tiene muchos sobrenombres; como “indio con plumas de pavo real”, hasta el “flaquito” que quieren convertir en mártir.
II
La estrategia de la oposición no debe perderse de vista, porque no es casual que en las últimas presentaciones se hayan desatado hechos de violencia como los ocurridos en el sector de La Vega en Caracas y en El Furrial, estado Monagas con un saldo de lesionados en las filas del chavismo.
Ante el forzado accionar del candidato opositor, quien responde con evasivas y medias verdades a los planteamientos del Presidente Chávez y tratan de reforzar los integrantes de la MUD, han arreciado los hechos violentos importados del vecino país y muy típicos del período de campaña del expresidente Álvaro Uribe Vélez.
Los venezolanos debemos estar atentos al desarrollo de la campaña. Si bien el debate electoral - como lo dice el Presidente Chávez - debería llevarse al campo de las ideas; ya es por demás imposible, exigir un nivel de altura al representante del capitalismo, no escogido al azar, sino a dedo por la mano invisible del Imperio y de los tentáculos más oscuros que asomaron sus garras en el intento fallido de golpe de Estado en Venezuela.
A medida que avanza la campaña observamos como los planteamientos de la oposición tratan de desviar lo medular del discurso y evade la presentación del programa neoliberal, con la falsa tesis de una división entre los venezolanos. Esta división clasista propia de la pseudo democracia representativa, ha comenzado a desaparecer de Venezuela.
La oposición venezolana representante de una clase política oligárquica y antinacionalista sueña con el regreso al poder. Su papel siempre ha estado escrito en un guión a espaldas de la historia. La violencia ya sabemos es mala consejera y por eso, el socialismo se impondrá el próximo 7 de octubre y la oposición será derrotada en su falso afán de “tirar la piedra y esconder la mano”.
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