Visto a lo lejos, un asunto
sencillo, pero que no fue tal, porque los comunicadores universitarios,
embriagados como estaban de un elixir que les hacía soñar con que ellos eran un
“4to poder”, nunca lograron entender que estuvieron siendo manipulados, como
hoy lo siguen siendo, por los propietarios de ese negocio mercantil, porque en
efecto, es un negocio y redondo, que les permitió a muchos de ellos estar
metidos en otros negocios, como la política y a creer que pueden decidir
siempre por los demás.
Nada nuevo.
Los medios y sus obreros de
la comunicación se han valido de todo eso por años. La guerra de Estados Unidos
contra los españoles en Cuba, generó ganancias políticas y adversidad a España.
La noticia de que un
volcán reventaría y ocasionaría daños a
la población y a unos inversionistas, impidió que en Nicaragua se hiciera el
Canal que después construyeron en Panamá.
Es más, la misma existencia
de Panamá fue fraguada desde los Estados Unidos, con el apoyo de la prensa, con
lo cual le hicieron el despojo a Colombia. Todo ello ha sido la perfecta
combinación de la Derecha
estadounidense con las oligarquías latinoamericanas que no aguantan otra cosa
que ser vasallos, porque al parecer nacieron para ello.
No tenemos que ir al
Calafate para entender esta realidad o a
Machu Pichu, todo está entre nosotros. Igual pasa en Paraguay como ocurre en
Monagas o en la parroquia La
Vega.
Tenemos una derecha
desnaturalizada, que no estudia, no lee, carece de conciencia, de
espiritualidad, solidaridad y es capaz de sacrificar a los suyos por dinero. Eso es lo que le han
hecho a las personas, los medios de comunicación mediatizadores, corporaciones
que tienen como objetivo primordial la ganancia, que es lo único legítimo para
sus accionistas.
Todo ese accionar malévolo,
maquiavélico, desesperadamente vandálico y criminal es el que caracteriza a la Derecha, no solo
venezolana, sino mundial, latinoamericana y venezolana, particularmente a su
oposición.
Algunos de la oposición son
pendejos, otros tontos, unos cuantos más allá estúpidos y así, pero quienes
mueven a los tontos de abajo, esos son otra cosa, son verdaderos fascistas y
altamente mentirosos.
Poco les importa quienes
mueren.
estacio_conac@yahoo.com