Desesperada ante el avance del movimiento popular que marchaba de la mano del gobierno del Presidente Lugo, la oligarquía paraguaya cayó en su propia trampa, al subestimar el talante democrático de los gobiernos de la nueva izquierda latinoamericana que encabeza Venezuela, que teniendo distintos matices, comparten una profunda convicción democrática. La respuesta inmediata y contundente del MERCOSUR y la UNASUR de suspender los derechos de veto y voto de Paraguay en ambos mecanismos de integración, por haber protagonizado un golpe de estado maquillado de legalidad, contrastó con la presencia tardía y descolocada del Secretario de la OEA, reflejando la decadencia del ya anacrónico “ministerio de colonias”, ante la fuerza ascendente de la integración latinoamericana y caribeña.
La jugada de los gorilas paraguayos con atuendos de tribunos resultó en un “doble play” que ellos nunca calcularon, al formalizarse con su exclusión temporal, el ingreso de Venezuela al MERCOSUR, el cual ya había sido ratificado por los parlamentos de Argentina y Uruguay en el 2006 y de Brasil en el 2009. Al perder Paraguay su derecho a veto, ejercido injustificadamente para bloquear a Venezuela, se produjo de facto la unanimidad requerida para que entrara en vigor el Protocolo de Adhesión que firmaron en Caracas el 4 de julio de 2006, los Presidentes Kirchner, Lula, Duarte, Vásquez y Chávez.
Si bien estábamos en el MERCOSUR desde el 2004 por tener la condición de miembro asociado y desde el 2006 con derecho a participar en todos los mecanismos del grupo -incluyendo el Parlamento y las negociaciones con terceros- no será sino hasta el 31 de julio próximo, cuando disfrutaremos de la condición de estado parte con todos los derechos.
Gran parte de los productos que ingresan al país proveniente de MERCOSUR, en los últimos 8 años han tenido una desgravación arancelaria gradual. Muchos de ellos destinados a cubrir el déficit del mercado interno, permitiendo contener la inflación ante al incremento del consumo interno. No obstante, la incorporación plena de Venezuela al MERCOSUR es un desafío que obliga al gobierno a relanzar la industrialización mirando hacia el sur.
gamarquez2@yahoo.com