que lo garantizará como parte del derecho a la vida. (Artículo 83)
El Estado creará, ejercerá la rectoría y gestionará un sistema público nacional de salud,
de carácter intersectorial, descentralizado y participativo… regido por los principios de gratuidad, universalidad, integralidad, equidad, integración social y solidaridad. (Artículo 84)
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
Con la inauguración de los primeros 30 centros de Diagnóstico Integral (CDI) y sus respectivas Salas de Rehabilitación (SRI), el gobierno del presidente Chávez ha dado un salto gigante hacia la consolidación de la Revolución Bolivariana.
Los 600 CID y 32 centros de alta especialidad, de acceso gratuito y universal las 24 horas del día, que deberán estar instalados para finales de 2005, forman parte de la Misión Barrio Adentro II que corresponde al fortalecimiento del Segundo y Tercer Nivel de atención medica integral del Sistema Público Nacional de Salud, "algo nunca visto", parafraseando al presidente Chávez, pero como lo demanda la Constitución Nacional.
De acuerdo a la visión sistémica e institucional que tiene el gobierno bolivariano de lo que debe ser la salud en Venezuela, la Misión Barrio Adentro en su primera etapa se encarga del primer nivel de atención las 24 horas del día en consultorios y ambulatorios, donde médicos venezolanos o cubanos "resuelven las necesidades de los miles de venezolanos que diariamente requieren ser atendidos por dolencias menores [o] aquellas que pueden solucionarse con el médico de familia o el médico general integral." (Minci, Febrero de 2005) El segundo nivel de atención lo constituyen las Clínicas Populares y los CID con sus respectivas SRI, en donde se proporcionará atención especializada durante las 24 horas del día para emergencias así como pediatría, gineco-obstetricia, cirugía y medicina interna, entre otros servicios, siempre y cuando el paciente haya pasado previamente por el primer nivel de atención, para posteriormente ser referido al sistema hospitalario, tercer nivel de atención y próximamente repotenciado por la Misión Barrio Adentro III, o de regreso al primer nivel, donde su médico familiar continuará con su control periódico.
Este sistema integral permitirá universalizar el acceso a la salud y descongestionar los centros de atención como Hospitales del Pueblo y Clínicas Populares que cuentan con un nivel más alto de resolución pero que usualmente son utilizados para atender problemas que pueden ser resueltos en los consultorios populares del primer nivel. Este enfoque revolucionario es una respuesta acertada a la tendencia neoliberal que excluyó del sistema de salud a millones de Venezolanos. A partir de la segunda mitad de los ochenta, y mucho mas acentuado en los noventa, el sistema de salud en Venezuela promocionado por el Banco Mundial consistía en "disminuir el gasto público y minimizar la participación del Estado, asumiendo que la lógica del 'libre' mercado económico permitiría distribuir la salud como un servicio más." (Armada en Punto Final, 15 al 28 de Abril de 2005) La concepción neoliberal de la salud ocasionó la prominencia de un sistema de salud privado para la clase alta y media alta, y otro público de muy poco rendimiento y eficacia destinado exclusivamente a la población mas pobre. De acuerdo al Ministro de Salud, Francisco Armada, "el sistema apuntaba a separar el financiamiento de la prestación en salud y dejar a la libre competencia y el mercado la prestación de esos servicios, con financiamiento obligatorio de parte de la gente en el sistema de salud privado [para que así] el Estado disminuyera su participación [y se instalara] un sistema según el modelo neoliberal como único camino ante el fracaso de lo público."
Actualmente en Canadá, país industrial y de los primeros en desarrollo humano, se está desarrollando un debate muy interesante sobre el futuro del sistema público de salud. Una reciente decisión de la Corte Suprema de Justicia ha permitido la contratación de clínicas privadas cuando el sistema público no pueda resolver determinada situación medica en un tiempo perentorio. No obstante, la reacción de la sociedad política ante la amenaza de la privatización de la salud no se hizo esperar. Políticos y analistas especializados en el sistema de salud aseguran que "la mejor forma de frustrar la expansión de la medicina privada es simplemente haciendo la salud pública mejor." (Toronto Star, 11 de Junio de 2005) En este sentido el Ministro de Salud canadiense, Ujjal Dosanjh, aseguró que no habrá un sistema de salud paralelo privado en Canadá y que la estrategia del gobierno estará dirigida a solucionar los problemas del sistema público con una inversión estimada en $41 millardos de dólares para los próximos 10 años. Por su parte, la Ministra de Estado para la Salud Pública canadiense, Carolyn Bennett, expresó su rechazo a las clínicas privadas debido a que tendrían un efecto devastador sobre la economía y porque la tendencia sería a que "doctores presionen para realizar procedimientos innecesarios en pacientes para lograr mayores ganancias." Al respecto, la analista Linda McQuaig (Toronto Star, 12 de Junio de 2005), apunta a que un declive en el sistema de salud solo hará que a la final se atienda exclusivamente al pobre, haciendo de esta manera una advertencia que sin proponérselo apunta a lo que ocurrió en Venezuela. Para McQuaig, desde el punto de vista individual no sería justo que a una persona que ya decide libremente el tipo de ropa o vinos que consume se le niegue escoger el tipo de servicio médico de su preferencia, pero los derechos del colectivo al acceso universal a la salud tienen prioridad, y se verían amenazados si se permite que una persona tenga acceso al sistema privado pasando por encima del resto de la sociedad, ya que "en última instancia afectará la salud de millones de canadienses", violando así el principio de igualdad de acceso.
Este debate podrá servir como punto de partida a la discusión que necesariamente tendrá que darse en Venezuela cuando la inevitable consolidación del Sistema Público Nacional de Salud, integral, gratuito y de acceso universal, haga caducar al servicio de salud privada. El proceso revolucionario así lo exige, ya que sin salud no hay revolución posible.
Antonio Guillermo García Danglades es un internacionalista venezolano que actualmente reside en Canadá.