Que grandeza la de Venezuela ¡Dios mío!

No voy a hablar aquí de la llegada de Cristóbal Colón hace más de 500 años, ¡no señor!, me referiré a hechos del pasado reciente, aún calientes; recordemos cuando muchos de los venezolanos que viajaban a España eran vejados y humillados al llegar a los aeropuertos.

Hace cuestión de tres años, por ejemplo, la prensa nacional reportaba casos como este: “Seis venezolanos que iban a hacer turismo a España están retenidos en un cuarto del aeropuerto de Barajas desde hace 72 horas y reciben un trato pésimo de las autoridades”.

“Llevan cuatro días encerrados en una sala con ventana de vidrios blindados, sin vista exterior, hacinados y con la misma ropa, sin ducharse, ni cepillar sus dientes porque sus equipajes fueron confiscados, al igual que sus celulares, medicamentos, pasaportes y otros documentos.

“Marco Pulido, de 29 años, un técnico dental, que vive en el sector Santa Eduviges del municipio Sucre, cerca de Caracas, también pasó por la misma humillación durante 48 horas la semana pasada y luego fue devuelto a Venezuela, perdiendo hasta 20 mil bolívares en pasajes y reservaciones de hotel.

“Recuerda con precisión el cautiverio: ‘El área común —donde están excluidos todos los extranjeros objetados por Migración— es un cuarto de 30 metros cuadrados, con sillas pegadas a las paredes amarillas, donde están los tres teléfonos, un televisor que nadie determina porque cada quien, unos llorando y otros peleando, se ocupan en su tragedia personal. La temperatura estaba a unos 11 º C, que para nosotros es bastante frío, sin acceso al equipaje para buscar ropa de abrigo’.

“La sala tiene entrada a ocho cuartos con cuatro camas cada uno. Pero cuando llegué ya estaban ocupadas por personas que tenían hasta 14 días encerradas. Al pasar el tiempo se fueron retirando y pude sentarme en uno, pero eran unos catres incómodos y poco aseados”.

Ahora la historia vuelve a repetirse como dice el cliché extraído de un hermoso bolero, sólo que se plantea al revés. Producto del desempleo y la precaria situación que desgarra a Europa, actualmente leemos en los mismos medios de comunicación: “Más de 3000 españoles emigran a Venezuela por la crisis económica”.

Y a diferencia del trato que los nacionales recibieron en España, aquí llegan a los aeropuertos y consiguen a una Venezuela dispuesta, hospitalaria, que los recibe sin odios ni rencores, con los brazos abiertos como a todos los extranjeros; ¡viva este pueblo civilizado que apuesta a un proyecto socialista!, que creen en la paz, la solidaridad, la hermandad, el amor y la justicia social.

¡Qué grandeza la de Venezuela con un presidente como Hugo Chávez!

albemor60@hotmail.com
@AlberMoran


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Alberto Morán


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