Astrolabio

El voto público y oculto contra Chávez

El estado creado por Rómulo Betancourt, se hizo al estilo leninista, integrado en su mayoría por militantes fieles del partido, cuyo labor principal era la de espiar y delatar cualquier acción que se creyera atentaba contra el gobierno.

En esos tiempos Betancourt, gobernaba por decreto y con las garantías suspendidas. La izquierda había decretado la lucha armada. AD y COPEI estuvieron ejerciendo el gobierno el tiempo suficiente para crearse una base de apoyo social en las dependencias públicas.

La fuerza laboral pública en el país la comprenden aproximadamente, 2.200.000 empleados, eso representa un 11,50% de la cantidad de votantes del padrón electoral.

Un estudio reciente entre funcionarios públicos de distintas dependencias, arrojo algunos datos interesantes que merecen ser analizados, para tratar de explicar una hipótesis.

Del total de 11,5% solo 2% acudieron a votar en las primarias opositoras, de febrero del año pasado, y se confiesan abiertamente opositores al gobierno bolivariano, lo cual es un derecho legal y legítimo en un régimen democrático.

El 9,5% restante está inscrito en el partido socialista Unido de Venezuela, lo cual es verificable en la data de nuestra organización, sin embargo 7% de estos empleados públicos han militado o han sido simpatizantes de los partidos tradicionales de la derecha venezolana.

Del 7% de ex militantes adecos, copeyanos, masistas, convergentes. El 6% manifestó que no estaba de acuerdo con la reforma, porque atentaba contra la propiedad privada.

La expresión no estar de acuerdo con la reforma constitucional, evidencia un carácter ideológico que pone en duda el apoyo real a la revolución bolivariana. Sin embargo ese 6% manifiesta su apoyo a la reelección del presidente Chávez el 7 de octubre.

Siendo un poco perspicaz se puede llegar a pensar que un 6% de empleados públicos del país, son una especie de quinta columna que avanza silenciosa, dentro de la revolución buscando trincheras que derrumbar.

Muchas encuestas serias otorgan al actual presidente 60% de las intenciones del voto, contra 32% de Capriles Radonsky, si restamos el 6% de los posibles quinta columnas da una intención de voto de 54%. A Capriles Radonsky le sumamos ese 6% le da 38%. Estas cifras casi exactas corresponden a la tendencia electoral de las últimas elecciones presidenciales.

Somos ingenuos si esperamos que ex militantes de los partidos tradiciones, cuyos cargos se los deben a jerarcas, sindicalistas, jefes de partidos de la derecha están de corazón con la revolución. Es probable que allí este un voto oculto contra Chávez. No echemos la culpa a los pobres porque se abstienen o fallan, hemos sido nosotros con nuestra debilidad ideológica incapaces de convencer y derrotar la quinta columna.

figuera-prensa@hotmail.com


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Luis Figuera


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