En el marco de la actual campaña presidencial el candidato de las fuerzas patrióticas y revolucionarias, Hugo Chávez, viene haciendo una correcta analogía entre lo que representa su candidatura y la del candidato de la derecha pro imperialista identificándolas como “lo nuevo y lo viejo” respectivamente.
Y es muy correcta esa aseveración, más allá de las edades de los candidatos, porque en términos generales no puede ser “lo nuevo” quien represente a la caduca e improductiva oligarquía venezolana, quien participa en estas elecciones como candidato de AD y Copei y quien, por todo lo anterior, es el candidato del imperialismo norteamericano.
Pero además en términos concretos nadie que apueste al capitalismo, como lo hace el candidato de la MUD, puede ser “lo nuevo”; el capitalismo lleva aproximadamente uno 650 años, seis siglos y medios, como modo de producción en buena parte del planeta y sus resultados son totalmente negativos para la humanidad, con la excepción de las 335 personas que acumulan la riqueza equivalente al resto de las personas vivas en la actualidad a quienes si les ha ido “muy bien” con el capitalismo, por si fuera poco esta formación socio-económica en sus ansias desmedidas por la acumulación y exportación de capitales, en la etapa que Lenin denominó imperialismo, está colocando en serio riesgo la vida en el planeta por el impresionante nivel de depredación ambiental.
Frente a ese caduco sistema hay una propuesta joven, y no lo digo con ironía, me refiero al comunismo, cuya etapa inicial corresponde al socialismo, y que ofrece contundentes respuestas y soluciones al problema intrínseco al capitalismo como por ejemplo: el hambre, la miseria, la guerra, el analfabetismo, la cuestión medio ambiental, etc.
Por eso, ciertamente, parte del problema planteado la elección del próximo 7 de Octubre es dirimir entre el oprobioso pasado adeco-copeyano, y sus hijos políticos como PJ y UNT, y quien ha atendido las necesidades sociales haciendo una aclaratoria correctísima: ningún problema social tiene solución definitiva en el capitalismo.
Empresas básicas
Ninguna persona comprometida de verdad con el proceso bolivariano y con la posibilidad de ponerlo al servicio de la construcción del socialismo puede estar de acuerdo con anarquía en las empresas básicas de Guayana, mucho menos sí la producción deja de ir a las grandes transnacionales del Hierro, Acero y Aluminio para ponerse al servicio de planes sociales e industriales nacionales y continentales. Así como la coherencia exige que ningún revolucionario se oponga al modelo consejista en las mismas como nuevo modelo de gestión en el marco del Plan Guayana Socialista.
Militante del PCV
@edgarmelendez79