Hay que ver, esta oposición, más desvergonzada no puede ser, no se conforman con meter la pata a cada rato y a diario aquí, sino que lo hacen desde el exterior, con declaraciones falsas sobre asuntos relacionados con la gestión de gobierno y de gente con un prontuario que en el 2002 dieron un golpe de estado y asesinaron gente inocente y luego casi acaban con el país con un paro petrolero terrible, sin precedentes en el mundo, todo lo cual les fracasó y entonces huyeron como ratas, por supuesto al país que los patrocinó y lo sigue haciendo porque como buenos vende patria le garantizaban el suministro de petróleo con condiciones desfavorables para el país: son ellos la llamada “gente del petróleo”, aquella que se creía fuera de lote, clase aparte, por encima del bien y del mal y por lo tanto autorizados para robar y manejar el corazón económico de la patria a su antojo.
Ahora en ocasión de la campaña electoral, no podían faltar para decir barbaridades de tal monto como que PDVSA esta quebrada, que ya no produce ni gasolina, que lo del chip es una barbaridad, que nos permite surtirnos de gasolina sólo cada dos días cuando ha sido lo más efectivo que hemos constatado quienes vivimos aquí porque acabó con las colas y disminuyó sustancialmente el contrabando.
Sus ataques que pretenden afectar al gobierno de Chávez son en realidad contra la patria porque se lo creen los venezolanos y extranjeros que viven en el exterior y que leen las porquerías que un periódico como el Nuevo Herald publica, pero que aquí solo sirven para alimentar el odio y la solidaridad de un porcentaje de la población que es incondicional con la derecha, porque están envenenados por los medios y no se preocupan por confirmar si lo que les dicen es cierto o no.
Lo ultimo que podemos leer son declaraciones de dos delincuentes como Juan Fernández y Horacio Medina cuyas afirmaciones deberían ser incorporadas a su expediente de asesinos, traidores y demás delitos que se desprenden de la casi destrucción de costosísimos equipos de la industria petrolera que por instrucciones suyas le trajeron como consecuencia al país más de 20 mil millones de dólares de pérdidas y muerte de no pocos venezolanos, quienes por el paro no pudieron llegar a tiempo a hospitales y clínicas.
Bien sabemos que cuando los delincuentes se sienten acorralados, como ahora mismo están, por el eminente triunfo de la Revolución la única salida que les queda es mentir, o buscar la manera de se produzca un evento como el que ahora mismo está sufriendo el pueblo de Paraguaná por la explosión de un sector la Refinería de Amuay, así como el evento de España a pocos días de la elecciones; se les olvida que Venezuela no es España, ni Chávez Asnar, pero que además aquí hay un pueblo al que ya no se le puede meter gato por liebre y que si se investiga a fondo hay una alta probabilidad de que se descubra que lo sucedido es producto del sabotaje en el que seguramente tiene metida su mano la “gente del petróleo, por la desesperación que ya no pueden ocultar ante una inminente derrota y la imposibilidad de volverle a poner la mano a Pdvsa.
Hemos visto pues, como en ninguna otra campaña, a una oposición que desde el candidato para abajo mienten sin ningún pudor, de lo que ya no nos sorprendemos al saber la baja ralea del candidato y de quien preside su comando de campaña, personajes principales de la famosa acta policial del 2002, de la cual no ha habido ni una sola explicación y a los que no les da pudor mentir, sino que por lograr sus perversos objetivos serían capaces de matar, de éso no nos cabe la menor duda, ya lo hicieron el 11 de abril del 2002, sin elecciones en puerta, por lo que ahora tienen un motivo, quizá más poderoso que aquel.