En casos como la tragedia de Amuay, Paraguaná, estado Falcón, las autoridades que se encargan de la investigación judicial no descartan o no deberían descartar ninguna hipótesis. Considerar desde un descuido, un hecho accidental hasta la posibilidad de que manos criminales hayan provocado semejante desastre.
Y esta no es ninguna observación temeraria, irresponsable, ni traída por los cabellos. Los sucesos del 11 y 12 de Abril y el sabotaje petrolero de 2002 demuestran que en este país existen malhechores capaces de originar un siniestro como la de esa refinería y quizás peor.
Hasta enemigos del presidente Hugo Chávez admitían en tuits que el golpe en contra del máximo líder de la revolución venezolana y aquel saboteo a la gran industria, los hacía sospechosos principales de la desgracia en Amuay.
No hago señalamientos en particular, pero estoy seguro de que los forajidos que pararon el buque Pilín León frente a las costas de Maracaibo rebosante de combustible, sin prever el peligro de una explosión con un desenlace incalculable tan solo por entorpecer el suministro de gasolina, tienen la frialdad de hacer estallar un tanque o una refinería completa si les es posible. De eso no me cabe la menor duda. Igual los que contrataron francotiradores el 11 y 12 de Abril para que dispararan contra la gente indefensa. Qué otra sangrienta fechoría no estarían en condiciones de cometer sin siquiera inmutarse.
Por eso no se puede ser estúpido y pensar solamente en un accidente que, obviamente, es factible en una refinería venezolana y de cualquier parte del mundo, sin detenernos a reflexionar que en ese empeño de derrocar a Chávez a como de lugar, haya mercenarios recibiendo instrucciones para causar este tipo de daños.
A Chávez le desean la muerte al menor parpadeo. Y ustedes se preguntarán ¿qué tiene que ver eso con Amuay? Mucho, ¿de que no sería capaz alguien con esa determinación? En este país sobran individuos que aún sabiendo que eso es un delito grave lo hacen; que a pesar de la rigurosidad de los aparatos de inteligencia del estado no se detienen, siguen; es gente decidida, que reta al Gobierno, al propio Presidente y, evidentemente, no tiene escrúpulos, está dispuesta a todo. Se ve que amenazan y no actúan porque no pueden, pero de poder ejecutarían. No les temblaría el pulso. De la misma manera en nombre de la democracia y la libertad de expresión incitan a conspirar y al magnicidio. Esas personas, en mi concepto, se atreverían a atentar contra Amuay y en contra de quien sea y de lo que sea.
Deben, en consecuencia, estar dentro de los primeros investigados, porque las pesquisas de la refinería, como dice el mismo Gobierno bolivariano, son rigurosas.
@AlberMoran