Aplaudo a las cuatro Rectoras del CNE por ellas haber mantenido a raya la molesta y perturbadora acritud de Discente Díaz, lo que, obvio, se tradujo en el resonante éxito del simulacro electoral.
Es de suponer que las cuatro rectoras ponen a prueba su estómago cada vez que tienen que reunirse con el citado sujeto, Discente, porque hay que ver lo que es soportar a un latoso que diga tantas necedades. A cualquiera se le revuelve el estómago.
Imagino que cuando hay reuniones y el sujeto profiere sus sandeces, a cada Rectora le provoca quitarse el zapato y zamparle un taconazo por la cabeza al maleducado pero, se contienen porque piensan que no vale la pena y tal vez ellas, al unísono, recuerden -(de “La República o el Estado”)- esa buena reflexión platónica: “…Cuando maltratas a un animal, ¿lo haces peor o mejor animal?...”
Valga también así: “…cuando le pegas a un caballo, ¿lo haces peor o mejor animal?...”
El CNE es un cuerpo colegiado y a la vez es un Poder del Estado y es una estupidez de Discente Díaz tratar de romper la armonía de principios de ese ente. El CNE debe en pleno pararle los mochos a ese tipo para que no encarate el ambiente nacional.
Por otra parte, es bueno recordar a todos que, constitucionalmente, Chávez es el Jefe del Estado, sin desmedro de la independencia de criterios de cada Poder pero, Chávez es el Jefe del Estado y merece estricto respeto, eso hay que machacárselo al tipo de marras, por parte de las cuatro Rectoras.
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