El gobierno estadounidense acaba de calificar de "fraude" las recientes elecciones de Irán en las que salió victorioso el anti-imperialista Mahmoud Ahmadinejad, defensor irreductible de la "democracia islámica" como el "único camino hacia la prosperidad humana." (New York Times, 26 de Junio de 2005)
Washington no puede entender como un candidato que "no es amigo de la democracia y la libertad" y que "apoya a los ayatollahs", según palabras del Secretario de Defensa, Ronald Rumsfeld (CNN, 26 de Junio de 2005), haya podido ganar las elecciones con mas del 62% de votos en contra de la voluntad de la administración Bush.
Como si no hubiese sido hace menos de un siglo cuando las mujeres estadounidenses eran consideradas "no aptas" para votar, hace treinta años cuando los negros no podían gozar plenamente de sus derechos políticos y civiles, y hace apenas 5 años cuando les negaron el derecho al voto a negros y latinos en Florida para darle la victoria al presidente Bush y así asegurar la expansión global imperialista, Washington pretende ahora dictarle cátedra a Irán sobre como realizar elecciones "libres y justas", tal y como lo ha querido hacer en Venezuela a través de la organización golpista Súmate.
Precisamente, cuando el nuevo presidente de Irán ha prometido un gobierno popular, moderno y progresista, que enfrente con dignidad el acoso imperialista y sea capaz de continuar con su programa nuclear y apoyar de manera irrestricta a la OPEP, que el gobierno estadounidense ya debe estar pensando en como enviar una delegación de Súmate a Irán para que comience una campaña de descrédito contra las instituciones iraníes con el fin de desestabilizar al nuevo gobierno electo y crear las condiciones necesarias para una intervención militar estadounidense, porque como lo ha demostrado en innumerables ocasiones, la administración Bush hace como Jalisco, que si no gana, arrebata.
(*) Internacionalista
