Ya cuando se está en las últimas semanas de la campaña electoral para
elegir al próximo presidente de Venezuela, son varias las preguntas que
los venezolanos con derecho a voto se están haciendo. La primera de ellas
tiene que ver con el tema de las encuestas. Se supone que éstas son un
instrumento estadístico que es utilizado para hacer estudios de opinión
pública, a fin de reducir los márgenes de incertidumbre y aumentar los de
confianza. Sin embargo, curiosamente, por lo que se está viendo, las
encuestas sobre las preferencias electorales de cara al 7 de octubre que
se han venido difundiendo, con resultados contrastantes unas de otras, lo
que están haciendo es crear un clima enrarecido y de angustia entre los
venezolanos.
Otras preguntas que han surgido tienen que ver con la campaña que ha
venido desarrollando el candidato Henrique Capriles Radonski. Si se toma
en cuenta las encuestas que lo ubican 20 puntos por debajo del candidato
Hugo Chávez, habría que preguntarse si su objetivo de campaña es
conquistar la Presidencia de la República o consolidar a escala nacional
una posición política suya y de Primero Justicia, pensando en convertirse
en una futura alternativa política venezolana. Ahora bien, si se leen las
encuestas, cuyos números lo colocan punteando ya la carrera presidencial,
surge la pregunta de si el recorrido que está realizando por pequeños
pueblos es para captar una votación rural que al final puede hacer la
diferencia.
Las preguntas se trasladan ahora del lado del candidato Hugo Chávez.
Tomando como base las mismas encuestas mencionadas anteriormente, cabe
preguntarse por qué si algunas de éstas le dan a Chávez una preferencia
con 20 puntos por encima de su más inmediato contendor, se le ha venido
dando más énfasis a la difusión del programa político de los sectores de
oposición, que al contenido del programa del candidato oficialista.
Pareciera más bien entonces, por el contrario, que los números más reales
son los revelados por el otro lote de encuestas, lo que explicaría tal
estrategia de propaganda. Si no, eso no tendría mucho sentido. Por suerte
ya el 7 de octubre está próximo para que este confuso embrollo sea
dilucidado por medio de los votos. Amanecerá y veremos.
alportillo@ula.ve