Ustedes se preguntarán ¿qué tan mala puede ser la Revolución que construye un CDI con todos los hierros en Chuao? ¿Acaso que ese sector de nuestra amada periferia caraqueña pertenece a la clase obrera, a los habitantes de bloques y superbloques, a los que habitan en barrios? Esa inmensa tienda Bicentenaria inaugurada en plaza Venezuela es solamente para que los caraqueños de las barriadas vayan allá? ¡No, es para todos! Porque por ese sector queda cerca La Alta Florida, Los Chaguaramos, Chacaito, Sabana Grande, Los Jabillos, Chacao, El Rosal y otros lugares donde habita la clase media y alta. La Revolución es para todos los venezolanos. Sólo los embaucadores de mente dicen lo contrario. A ellos les falta amor y les sobran prejuicios.
Por todas partes hay mercales y pedevales, CDI, Barrio Adentro, grandes hospitales dotados con elementos de punta, universidades y a ellos tienen derecho de entrar los compatriotas de esa clase a las que los medios de televisión, radio y prensa escrita privados han puesto contra el pueblo trabajador diciéndoles cosas estúpidas, mentiras. La Revolución Bolivariana es de todos los hijos de Bolívar. Lo demuestra este verdadero Estado democrático donde todos pueden dar sus opiniones con libertad, donde todos pueden solicitar documentos, donde todos tienen los mismos derechos porque la Constitución Bolivariana no discrimina ni en lo étnico, ni en lo religioso, ni en nada: es una revolución bella dedicada al Genio de América quien dejó la vida a los 47 años precisamente por ese espíritu de libertad que lo consumió. Aquí no hay muros y si es que a veces nos lanzamos pequeños dardos, éstos no vienen preparados con curare, ni les hacen daño a la vida, están apuntados al concepto político, filosófico. Esa es una lucha democrática que se hace con todos los hierros, pero luego que pasa volvemos a ocupar el lugar que nos pide la historia: ¡Buscar la equidad!
Ese es el gran dilema. La clase media no debe dejarse manejar por quienes siempre vieron en ella el faro que les alumbraría sus negocios, que les haría crecer sus riquezas, incitándolos a vivir en ese necio complejo de superioridad que supuestamente produce el dinero;¡ eso es mentira! La riqueza más grande que necesita el pueblo, los habitantes de una nación es la igualdad, porque en ella no hay motivos para sentir lástima ni ofender al congénere. Sólo en la equidad social la comunidad puede moverse al compás de la máxima felicidad…lo demás viene solo. La Revolución Bolivariana no le pone trabas a la gente, no le reprime sus ideas, y si no deja de publicitar que el socialismo es la cima de las grandes construcciones sociales es precisamente porque sigue el axioma: que habla de que nadie puede tirar el pan que a otro le hace falta,
Esa clase que han sido favorecida dentro de la revolución es inteligente, hermosa, de ella emerge la sapiencia y la creatividad. Ella debe acompañar a la Revolución Bolivariana en su crecimiento para que la sanidad la vea agigantarse en el tiempo y en el espacio. Esta inédita Revolución que emergió de una postura bien estudiada, bien entendida, enormemente dispuesta a separar brechas, no es una entelequia: es algo hecho materia y espíritu con un nombre: ¡pueblo! Y la clase media venezolana es ese pueblo que se ha formado para estructurar las bases de una nación que posee todo lo necesario para convertirse en GIGANTE.
La clase media tiene un espacio en esta lucha porque se lo merece. Fue un inmenso muro de hormigón soportando los obuses de una “democracia” mentirosa que solamente la utilizaba como un monigote en el Punto fijismo, engulléndole sus ganancias invitándola a la fantasía, expresándole que estaba a un paso de convertirse en rica, PERO PARA ESO DEBÍA SOMETERSE AL SACRIFICIO DE PASAR AÑOS PAGANDO UN APARTAMENTO, UN CARRO, UNA CASA, UNA PROPIEDAD, porque al gobierno le hacían falta esos altos intereses que tenía que cobrarle, porque así es la antesala a la riqueza social. Hoy la revolución Bolivariana no le cobra coima a la clase media, no: más bien la hace partícipe de su profesionalismo para engrandecer la patria. La clase media así lo ha entendido e igualmente acompañará, creemos, a la Revolución Bolivariana en su gesta de darle al pueblo en general la mayor suma de felicidad posible. Bienvenidas esas hermanas y hermanos a los que nos une un sonido: somos venezolanos y juntos haremos crecer la patria.
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