El
próximo 7 de octubre, no vamos a elegir un Presidente de la
República. Se trata de mucho más que eso. Más allá de reelegir a
Hugo Chávez o elegir a Henrique Capriles Radonski, se trata de una
nueva confrontación entre dos modelos completamente antagónicos:
Entre el Modelo de la Colonia y la Antipatria, y el Modelo de la
Nacionalización y de la Patria.
El
problema no es con Henrique Capriles Radonski por un capricho
nuestro. Henrique Capriles Radonski, es el candidato y es el fiel
exponente de un modelo neoliberal salvaje, que no puede concebirse la
implementación de sus medidas económicas y políticas sin el
acompañamiento de unas políticas furibundamente represivas para
doblegar la voluntad indómita de nuestro pueblo. Chile, España y
los Estados Unidos son algunas muestras de ello.
En
un supuesto de que Capriles Radonski llegase a ganar la Presidencia
de la República, conduciría a gravísimas violaciones de los
derechos constitucionales de nuestro pueblo, que se vería
severamente afectado con la liquidación o desmejora de sus
conquistas y logros sociales, adquiridos durante el gobierno del
Presidente Chávez, obtenidos a través de las distintas Misiones
Sociales; los beneficios para nuestros pensionados y pensionadas; la
afirmación de los derechos de nuestras Mujeres, la lucha por las
tierras, la Ley de Hidrocarburos, las leyes del Poder Popular, la
nueva Ley Orgánica del Trabajo de los Trabajadores y Trabajadoras,
entre otras leyes progresivas, decretos y medidas gubernamentales
emitidos en este proceso de la revolución bolivariana.
Henrique
Capriles Radonski y su “Paquetazo” neoliberal es totalmente
incompatible con nuestro Estado Democrático y Social de Derecho y de
Justicia contemplado en la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela, y su llegada a la Presidencia de la República y la
implementación de su programa de gobierno se traduciría en una
seria amenaza para la integridad y progresividad de los derechos de
nuestro pueblo (los derechos económicos, sociales y culturales, así
como los civiles y políticos), la estabilidad, la paz, la democracia
y el bienestar social de nuestro pueblo.
Henrique
Capriles Radonski y el sector del cual es fiel exponente, están
históricamente relacionados con la conculcación de derechos a
nuestro pueblo y el menoscabo de nuestra soberanía e independencia
nacional, así como la utilización de medidas represivas y
criminales para la contención de las rebeliones populares que
suscitan, como ocurrió con el paquete neoliberal cuya aplicación
desencadenó los luctuosos hechos del “Caracazo” o “Sacudón”,
con su secuela incontable de víctimas mortales, en el año de 1989.
El
Proyecto de Capriles Radonski implica el debilitamiento del Estado
para castrarle su capacidad transformadora mediante la entrega de
PDVSA a las transnacionales y a los “meritócratas”, y
convertirla otra vez en un enclave ajeno a los venezolanos.
También
un hipotético triunfo de Capriles Radonski implica la toma del Banco
Central de Venezuela por los oligarcas, so pretexto de su
“autonomía”, y la privatización de las demás empresas básicas.
También
el proyecto de Capriles Radonski, a propósito del día histórico de
hoy con el lanzamiento de nuestro segundo satélite, el Satélite
Miranda, implicaría nuestra subordinación a las grandes potencias
en materia de ciencia y tecnología.
En
cambio, la candidatura y el proyecto de Hugo Chávez y la Revolución
Bolivariana, implica la defensa de nuestra Constitución y de nuestra
Democracia Participativa y Protagónica, más la construcción del
Estado Democrático y Social de Derecho, pero sobre todo de Justicia.
Hugo
Chávez representa la soberanía e independencia de nuestra patria y
nos seguirá enrumbando hacia el socialismo, hacia la mayor suma de
felicidad posible.
Con
Chávez defendemos a nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana por
nuestro Pueblo como en los días originarios de nuestra Patria.
Con
nuestro voto, defenderemos a Chávez y a nuestro Gobierno en interés
de Venezuela, con énfasis en la inclusión y el empoderamiento
popular.
Con
la Revolución Bolivariana y Chávez, defendemos el manejo nacional
de PDVSA, del Banco Central y de todos nuestros recursos para
asegurar el cumplimiento de los programas liberadores y
reivindicativos.
Con
la continuidad de Chávez se garantiza la construcción de
autopistas, ferrocarriles, metros, puentes, presas, silos,
acueductos, viviendas, escuelas, centros de salud, etc,etc,etc.
Con
Chávez seguirán las misiones y las grandes misiones y sus logros
más que evidentes en salud, educación, alimentación, trabajo,
vivienda, identidad, dignificación social y más de nuestro país y
nuestro pueblo.
Con
Chávez seguirá el fomento de la ciencia y la tecnología, con
creación propia y cláusula de transferencia tecnológica en
nuestros contratos binacionales.
El 7
de Octubre, tenemos que defender la revolución agrícola e
industrial ecológicamente consciente y el desarrollo sustentable
para toda nuestra sociedad, y eso se hace votando por Hugo Chávez.
Si
queremos continuar disfrutando del crédito y la atención
privilegiada a la economía popular, la cultura no excluyente y el
deporte, hay que votar por Chávez.
Con
Chávez defenderemos también una política internacional en pro de
una América Latina Unida, solidaria y poderosa según el sueño y
mandato de nuestro Libertador Simón Bolívar (ALBA, UNASUR,
CELAC,etc.).
La
continuidad de nuestro proceso revolucionario, con su avance
sostenido hacia la independencia, el socialismo y un país potencia
en una América nuestra, y que sea gran potencia. Con una mayor
contribución en la lucha por un mundo multicéntrico, pluripolar,
equilibrado y pacífico, por la preservación de la especie humana y
la vida en nuestro planeta, y muchas más razones.
Eso
es lo que en el fondo, dentro de 9 días, en esos segundos de soledad
que tendremos al estar parados en esa máquina donde quedará nuestra
voluntad de lo que queramos un poco más de 19 millones de
venezolanos y venezolanas.
La
decisión es tuya: O Patria o Colonia.
¡Independencia
y Patria Socialista!
¡Viviremos
y Venceremos!
El autor es: abogado