Votar a ciegas

Compatriota, votar es algo muy sencillo. Con apenas apretar un botón puedes llevar al gobierno un candidato cualquiera. Sin embargo, ese acto, aparentemente insignificante, podría tener consecuencias muy serias y trascedentes para ti y para tu familia. Podría mejorar tu situación económica o agravarla de una manera terrible e irrecuperable. De allí la importancia de sufragar de un modo consciente y responsable. Y esto se hace conociendo los planes que los candidatos a gobernar el país tengan en relación con temas que son estratégicos para la vida de la nación. Temas como el petróleo, como los servicios públicos, como las jubilaciones y pensiones, como el sistema de seguridad social, como el sistema de salud, como la educación, como el control de cambio y de precios, como el de las privatizaciones y otros de igual importancia, debían ser conocidos por ti antes de efectuar tu voto.

En el caso venezolano, todo el mundo sabe lo que Chávez ha hecho y continuará haciendo desde el gobierno; un gobierno que se ha caracterizado por la defensa a ultranza de nuestra soberanía y de nuestros recursos naturales, los cuales se han puesto por primera vez en nuestra historia al servicio de la población, al servicio de sus auténticos propietarios como es el pueblo de Venezuela. Hecho que ha permitido que lacras sociales de una larguísima data, como el hambre, el desempleo, las enfermedades y la falta de viviendas, que si bien no han desaparecido del todo, por los menos han estado disminuyendo, y no es un exagerado ejercicio de imaginación pensar que llegará el día en que desaparezcan por completo.

En contraste con esto, de Capriles Rdonski oficialmente no se sabe nada de lo que hará en relación con las materias antes mencionadas. Y digo oficialmente, porque él no lo ha dicho. Ya que en su campaña a lo único que se ha dedicado es a vociferar todas clase de falsedades y mentiras en relación con el Presidente, pero de su programa de gobierno no ha dicho absolutamente nada. Sin embargo, sí tiene un programa de gobierno. Y es tan devastador, que algunos de sus aliados en la MUD, que si por algo se han caracterizado ha sido por una furiosa y enconada oposición al gobierno, salieron espantados a denunciarlo. Y lo hicieron, porque entendieron que se trata de un plan de destrucción nacional meticulosamente elaborado; de un plan que de aplicarse sumiría al país en una espantosa catástrofe muy similar, y tal vez si hasta peor, que la que en estos momentos lamentablemente están viviendo los pueblos de Europa. Con el agravante, tal como está ocurriendo con estos pueblos, de que además de que casi nadie escaparía a sus terribles efectos, se carecería de toda esperanza de recuperación.

Pero ¿qué propone este programa neoliberal de gobierno? Bueno, algunas medidas que ya se aplicaron aquí y que provocaron el caracazo. Para empezar, se eliminarían los controles de precios, con lo cual se desataría de nuevo una brutal especulación, lo que comprometería gravemente la subsistencia de las personas. Al respecto, se decretarían ajustes –hacia arriba- de precios cada dos meses y que para compensar el tiempo en que éstos estuvieron congelados. Pero, además, se privatizarían los servicios públicos, agua, gas, electricidad, teléfono, etc., con los cual las tarifas de éstos aumentarían cada vez que a sus dueños privados les diera la gana de aumentar sus ganancias. Lo mismo ocurriría con la gasolina cuyos precios han permanecido congelados desde 1999. Por otra parte, se eliminaría el control de cambio, lo que de inmediato provocaría una indetenible fuga de divisas, que agotaría en breve tiempo las reservas de divisas. La consecuencia más inmediata de este agotamiento sería la escasez, no sólo de alimentos sino también de medicinas, repuestos, etc.

Mención aparte merecen las privatizaciones del agua y PDVSA. En relación con lo primero, debo decirlo de nuevo, existe una trágica experiencia en Bolivia. En este país, como consecuencia de la aplicación de un programa de gobierno similar al que Capriles y sus secuaces pretenden imponernos aquí, se privatizaron todas las aguas, incluyendo las de las lluvias, los ríos y las subterráneas. Como resultado de esto, si una persona, por ejemplo, quería construir un pozo en el patio de su casa o en su granja, por supuesto que podía hacerlo, pero tenía que pagar el agua que sacara de ese pozo. Y eso no es todo, porque además tenía que comprar el medidor que registrara la cantidad de agua que el dueño del pozo sacara del mismo. Pero como si esto fuera poco, las personas que dejaran caer dos recibos de agua, le confiscaban automáticamente su vivienda. La anulación de esta privatización le costó al país del altiplano más de 80 muertos y centenares de heridos y lesionados.

Y en cuanto a nuestro petróleo, una de las primera medidas que se tomarían seria el aumento de la producción, con la consiguiente caída de lo precios, lo que reduciría considerablemente, casi ni hay que decirlo, los ingresos del país por este concepto. Ahora, si se toma en cuenta la considerable reducción de las reservas de divisas, producto como ya dije de la eliminación del control de cambio, se podrá fácilmente deducir la inmensa tragedia en la que se verían envueltos los venezolanos. Pero esto es sólo para empezar, porque entre los planes que se tienen previsto para esta industria, está la privatización, la venta a precios viles de PDVSA.. Con lo cual volveríamos a la época en que las compañías petroleras nos pagaban el petróleo al precio que ellos quisieran, 1 dólar y medio o dos el barril. No en balde los Estados Unidos están apoyando con cuantiosos recursos económicos la candidatura de Capriles.

De los programas sociales del actual gobierno, de las misiones, del Seguro Social, y de las pensiones, etc., no dejarían ni el recuerdo. La gravedad de estas elecciones es tanta que, si exagerar, se podría decir que son de vida o muerte. Estáis avisao.

alfredoschmilinsky@hotmail.com




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Alfredo Schmilinsky Ochoa


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