Moral y Luces para la Eficiencia

Sin ambages ni complejos: nos identificamos como uno más de los millones de venezolanos y venezolanas que hemos mantenido la esperanza de que la Revolución Bolivariana se profundice, así como la convicción en torno a execrar viejas rémoras que aún nos mantienen atados a la ineficiencia y la tracalería cuartorepublicanas.

Impulsar eso es lo menos que el Comandante Chávez debe hacer para retribuirle al pueblo honesto y trabajador la lealtad, nobleza y confianza depositadas en él como líder revolucionario.Necesario es decir que esa esperanza surgió con aquél "por ahora" de 1992, fortaleciéndose progresivamente durante los últimos 14 años con cada nuevo e innegable avance y logro del país, los cuales no sólo pueden ser percibidos por quienes tenemos conciencia real sobre nuestro proceso revolucionario, sino que son reconocidos hasta por los adversarios de manera pública y notoria, sin menoscabo de la gran cantidad de errores y desaciertos también cometidos. No se trata de justificar las múltiples fallas que por impericia o ex profeso se han acumulado.

Es simplemente entender a cabalidad que ya no se trata de la utopía con que una vez soñáramos, sino de la "vida real" que estamos viviendo desde 1999 y por tanto asumir que por imperfecta la realidad tiene tanto matices positivos como negativos, aunque al utilizar una balanza de logros-errores de la Revolución nos inclinamos conscientemente hacia los logros, pues sólo la mezquindad o la ignorancia nos llevarían hacia otra dirección.

Es esa misma mezquindad que inspira a los "criticones de oficio" que hacen naturalmente fila en el lado opositor, o tal vez la ignorancia de quienes se dicen estar en las filas revolucionarias y se exceden en la "autocrítica" por estar viendo los toros desde la talanquera, sin mojarse la espalda con el sudor del esfuerzo, ni ensuciarse los pies con el barro de las comunidades rurales y barrios populares. Ya sea por mezquindad o por ignorancia, en ambos casos estos compatriotas ven sólo lo que sus deseos y anhelos les permiten y no el bienestar que el pueblo pobre ha comenzado a percibir durante los últimos años.

Igualmente consideramos que, en cualquier caso, constituye una carencia de autoridad moral cuando algún "experto" academicista de la MUD critica las políticas y acciones del Gobierno Revolucionario en la educación, salud, economía, deporte o alimentación, cuando el susodicho apoyó la privatización de estos sectores y aún aspira conducirnos hacia la "eficiencia" neoliberal del FMI-BM, como ya nos ocurrió a finales del siglo XX y que actualmente azota a Europa y USA.Es la misma carencia de moral de quienes llevan la Revolución en la boca para gozar de dos y tres sueldos públicos, cabalgando horarios, recibiendo doble o triplemente los beneficios del bono alimenticio, aguinaldos y otros, quedan 

mal en varias instituciones, proyectan la peor imagen del Socialismo y le quitan la oportunidad de trabajar a compatriotas que no tienen empleo.

O la inmoralidad de quienes defienden el "derecho" a llegar tarde e irse temprano de los empleados públicos, docentes, directivos y otros especímenes. O de quienes asumen cargos para beneficiar amistades carentes de las capacidades técnico-académicas que exijan las funciones a cumplir; o engrosando nóminas con familiares que ni siquiera sean necesarios en la institución o empresa que dirigen, lo que evidentemente acrecienta la ineficiencia en el desempeño-producto y arriesga la integridad del proceso revolucionario.

Tanta inmoralidad como la de sacarle el cuerpo al estudio y copiarse fraudulentamente para luego culpar a otros por salir reprobados, evadiendo la propia responsabilidad mediante la agresión, descalificación y acusaciones de "gruperos" o "jala-bolas" a quienes se destacan académica o laboralmente, demostrando la incapacidad propia para entender que la revolución es sinónimo de trabajo productivo, dedicación al estudio y sacrificio consciente, como vías expeditas para que cada quien reciba "según su propio esfuerzo". 

Tenemos la convicción que emplear en un cargo a quien no reúne las condiciones para su óptimo desempeño, así como favorecer al fraudulento, becar a los malos estudiantes u omitir un juicio razonable por amiguismo o filiación, constituye una vulgar apología a la ignorancia, uno de los grandes males para la libertad y la democracia denunciados desde Bolívar hasta Chávez. El primero planteando que "Moral y luces son nuestras primeras necesidades", y el segundo declarando "Eficiencia o nada para la revolución"

Convencidos estamos que esa mezcla de inmoralidad e ignorancia son armas letales contra la eficiencia esperada y planteada para la nueva etapa de la Revolución Bolivariana, esperanza que constituyó una de las banderas de la campaña que llevó nuevamente a la reelección del Presidente Chávez.

En consecuencia no creemos que sea manteniendo el doble discurso, abultando la nómina con familiares y amigos, cabalgando horarios para "redondear" el sueldo, contratando a personas sin conocimientos o aprobando "amiguis" flojos, como podamos elevar la eficiencia de nuestra Revolución, pues aparte de darle la razón a quienes nos adversan políticamente, estaríamos estafando la confianza del pueblo.

El autor es: Economista Agrícola.  Profesor de la UPT "Argelia Laya"

albanozam@hotmail.com



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Albano Zambrano

Economista Agrícola. Profesor de la UPT ?Argelia Laya?

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