Cuando nos disponíamos a ir tranquilos a la cama nos sorprendió la cadena de radio y televisión y el inesperado anuncio del Presidente Chávez de que vuelve a Cuba a una nueva operación por su problema de cáncer. Valiente, honesto y responsable como siempre, nos comunicó una noticia que en el momento, como a millones de venezolanos, nos impactó emocionalmente y nos entristeció el alma, pero que de inmediato, escuchándolo en un estadio más profundo y en conexión con la empatía y la fuerza espiritual de sus palabras, nos devolvió la esperanza y el optimismo de que sin él o con él, simple mortal como al fin y al cabo somos todos, seguiremos impulsando este proceso revolucionario porque “Chávez es el corazón del pueblo”.
Con la templanza, la firmeza y la lucidez del gran estratega y líder político que es, y a pesar de su terrible volcán interior, el presidente Hugo Chávez como siempre en todos estos años de victorias insistió durante su corto y conmovedor mensaje en el tema de la unidad y el liderazgo colectivo. “…los adversarios nos descansarán en la intriga, sobre todo, en circunstancias como ésta. La unidad, la unidad. Hoy tenemos patria más viva que nunca”.
Chávez sabe y está totalmente convencido de que sus palabras tienen un gran peso histórico y político, y que jamás quedarán flotando en el vacío. Las palabras de Chávez, por fortuna, no se las lleva el viento, y mucho menos el tiempo, sino que las recoge el pueblo y la transforma en praxis cotidiana de lucha, el que así no lo perciba que recuerde el “Por ahora”. Si alguien ha creído y cree profundamente en el inmenso poder del verbo ese es el actual presidente de Venezuela.
Aunque no sabemos por qué algunas medios del Estado no lo destacan, el Presidente durante la intervención hizo énfasis que a pesar de los dolores y la incomodidad para viajar, quiso regresar unas hora a Venezuela, sobre todo, a manifestar que en caso de que por alguna circunstancia no pudiera continuar en el cargo en unas nueva elecciones el candidato seria Nicolás Maduro “para dirigir los destinos de la patria de Bolívar, junto al calor del pueblo”.
Aunque existen riesgos innegables, como el mismo Chávez lo asumió, todos tenemos Fe y sentimos que él se va a recuperar de este nuevo trance, pero mientras tanto debemos luchar sin descanso, teniendo como guía su ejemplo, su ética, su amor, su compromiso y sobre todo el poder y la honestidad de sus palabras.
¡Viviremos y venceremos!
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