Un niño nace, un niño crece, un niño ríe, un niño llora y el porvenir de un sueño sale a la luz pública.
Un joven veguero se distrae como arañero y, después como pelotero y, con la simple intención de abrirse paso del campo a la ciudad lo lleva a la milicia a uniformarse de cadete como uno más de los tantos estudiantes que han pasado por la Academia militar.
El uniforme militar adorna el momento y un zumbido de un eco ambicioso abarca una idea que se explaya que, como un toro cimarrón se desplaza en busca de disidentes.
El montón crece y un ruido asoma hecho realidad y, nuestro Libertador entra en acción desde su tumba y, el juramento libertario de su pensamiento se consagra en un movimiento que trepa grandes caudales de cambios contra la falacia.
Los poderosos tienen el poder y, los yanquis nos gobiernan a su antojo y, Venezuela sigue sumida en el atraso en que AD y Copey la han sumido.
El tiempo corre y el descontento también y, viene el juramento del Samán de Güere: ¡Patria Libre!
Se hace indispensable la lucha sin cuartel o, no tendremos Patria.
Y la Patria clama y se manifiesta: se suceden dos golpes de estado. La conciencia militar está al lado del pueblo. El pueblo espera callado. Nunca es tarde…
No hay marcha atrás: el poder es del pueblo, una revolución busca el camino de la paz dentro de la justicia social que le dé vida a la gran mayoría hasta donde sea posible.
La cárcel acalla y, el hombre se manifiesta y el alma del guerrero coge calle y la calle le da cabida a la idea. El hombre se prepara –realza su conciencia. Hay un destino, introducir la lucha política con todo su esplendor en que el pobre tenga un guía –quizás una esperanza.
Las tinieblas del ocaso se desvanecen al ser vencidas en su propio terreno. No hay marcha atrás, el poder del yanqui invasor, pierde fuerza y el poder cambia y la constituyente trae una nueva constitución aclamada por el poder del pueblo.
Los enemigos que como oposición se manifiestan: han sido derrotados legalmente.
Hágase la luz: La moral y las luces toman la calle y la cultura siembra sus bases y la fe de vida aumenta. Un soplo de brisa bolivariana sale a flote. Bolívar vuelve a ser el Padre de la Patria. Anda suelto. Seremos libres y, hemos aprendido a cooperar con otros pueblos, como dios manda.
Las batallas del guerrero se dan con el guerrerista-pensador al frente –siempre al frente.
El poder amenazado, un golpe asoma y el golpe es sofocado por el pueblo en la calle.
El hombre que tenemos de líder lucha y ese hombre tiene nombres y apellidos que siembra el corazón de la Patria que queremos y le da forma de mil maneras –sin Patria no habrá paz y la muerte acecha nuevamente.
Y el amigo y compañero de siempre que es Fidel, no ha dejado de estar pendiente de la Patria Libre –aconseja y actúa y colabora y, su invariable figura nos anima a luchar contra los avatares de la vida que junto a las enfermedades nos acosan.
El líder padece de un mal furioso de un enemigo oculto que penetra en la sangre en el cuerpo y que come lentamente la vida. A cambio nuestro líder combate al lado de la ciencia y la ciencia se impone y, de nuevo el enemigo asoma y ataca y la angustia recorre el alma: o se vence o se padece hasta que el cuerpo aguante y, el niño que se hizo hombre en la Sabana sufre, la paz interior trastabillea y la duda y el dolor se asoman en su rostro y, sólo dios sabe. Sólo nos resta esperar que la mano del hombre con su ciencia y su tecnología salve a nuestro líder y de nuevo tengamos a nuestro Comandante presidente Hugo Chávez Frías en primera fila con la espada de Bolívar abriendo infinitos caminos por el amor a su pueblo y, por la paz del mundo.
Salud Comandante que la lucha continúa.
estebanrr2008@hotmail.com