Faltan apenas 21 días para el histórico 10 de enero donde todo parece indicar que por la delicada salud del Presidente, éste no se podrá presentar a tomar posesión de su nuevo mandato. Todos quisiéramos que no fuera así y deseáramos su presencia, aunque fuera en silla de ruedas, pero el sentimiento mayoritario del pueblo venezolano que lo ama y lo cuida no le permitirá a su líder máximo que se inmole por no guardar rigurosamente las medidas imprescindibles para su recuperación. Chávez puede estar tranquilo porque cuenta con la patria lista, rodilla en tierra, para cerrarle las puertas al fascismo. Así se lo demostró su pueblo a Chávez el 16D y se lo seguirá demostrando. Son hechos subjetivos y espirituales de los cuales nada saben los comunistas que militan en el PCV imbuidos sectariamente en las ilusiones de los precarios numeritos generados por su participación sectaria en las elecciones burguesas como si ese fuera su desiderátum.
El genio revolucionario de Chávez dejó todo preparado para enfrentar las difíciles contingencias que se avecinan a partir del 10 de enero. Las instrucciones estabilizadoras fueron perfectamente comprendidas y acatadas por la mayoría de un pueblo que ha dado un salto gigantesco en su sabiduría política no así los aliados marxistas leninistas del PSUV empeñados en cuestionar algunos de los candidatos de Chávez y lo continúan haciendo aún después de los triunfos de Alexis Ramírez y de Rangel Gómez respectivamente en Mérida y Bolívar. La mayoría del pueblo Guayanés tuvo la correcta visión política, nacional y estratégica, para empinarse por encima de las debilidades de un gobernador que no es santo de la devoción del PCV y posiblemente tampoco de mucha gente con sobradas razones para ejercer la crítica revolucionaria.
Lo importante en esta coyuntura es que la defensa de la patria está blindada por la unión cívica militar donde juegan un papel defensivo los 11 militares y 9 civiles gobernadores electos leales al chavismo. Entre los primeros, nada más y nada menos, están los últimos cuatro ministros de la Defensa de Chávez, los generales Ramón Carrizalez, Jorge García Carneiro, Carlos Mata Figueroa y Henry Rangel Silva. Esta vaina es inexplicable para otros países que no vivieron rebeliones militares revolucionarias como las de Carúpano, Puerto Cabello, el 4 de Febrero y el 27 de noviembre. También es única la vivencia del pueblo venezolano de tener como idea principal de su historia el pensamiento precursor del antimperialismo de Simón Bolívar venerado por los militares chavistas.
Si Chávez no se puede presentar el 10 de enero porque la necesidad de su reposo absoluto se lo exige, de todas maneras habrá patria para rato con la FANB y el pueblo unidos. El conductor designado para esta batalla inmediata es Nicolás Maduro a quien no hay que descalificarlo buscándole las cinco patas al gato como su responsabilidad, por ejemplo, en la entrega de Joaquín Becerra. Soportaremos ese trago amargo pero nunca le abriremos las puertas al fascismo.
Aquí de lo que se trata es de profundizar la lucha contra el capitalismo y darle poder al pueblo desde el confín más retirado de Venezuela hasta Miraflores. El PSUV no será el partido bolchevique ni la FANB será el Ejército Rojo pero son la más legítima expresión de la obra político militar del Presidente Chávez quien se ha ganado la confianza, sin demagogia ni deslealtades, de las masas populares de Venezuela reivindicadas por primera vez en nuestra historia por un Presidente de la República que cumple lo que promete.
El PCV en vez de estar jugando a la ruleta electoral debería ocuparse de la lucha de clases en todo el país como le corresponde al partido de la clase obrera lo cual es coherente con la lealtad a las mayorías proletarias que siguen con devoción al Comandante Chávez.
Profesor Universitario
sergiobricenog@yahoo.com
