En la competencia por la Gobernación de Miranda, un sector del pueblo decidió lo que su “conciencia” o la falta de ella le dictó. Ya nos enteramos que Capriles Radonsky, el candidato perdedor de hace apenas dos meses por la presidencia de República, fue el ganador de dicha competencia, que para su “carrera” política lo tiene convertido por los siguientes cuatro años en el más grande de los perdedores.
¿Por qué lo sentimos de esta forma? Porque además de una “victoria” que no se niega cuando contamos los votos por muy pocos que sean, no son los votos que un ex-candidato presidencial podría poner sobre la mesa cuando su contendor es un novato en esas lides de la elección en democracia.
Capriles ganó y perdió desde el mismísimo momento de haber desplazado a quien las bases de la oposición eligieron para esa competencia y cuando se suponía que dejaba el cargo a su segunda en el Gobierno miràndino por la campaña presidencial. Cosa que no fue así, y decidió quitar de un dedazo al “escogido” en las primarias MUD y luego de la derrota presidencial, retomar su cargo para medirse con nuestro Elías Jaua y apostar para seguir con un mecate que a todas luces se le hace resbaladizo.
Elías Jaua, perdió, lo aceptó al instante junto al pueblo revolucionario públicamente y el carisma de su personalidad lo convirtió en ganador, desde el mismo momento que fue designado por el presidente Chávez para esa competencia. Ganó Elías Jaua, porque ya cuenta en su aval publico con una experiencia y una medición de aceptación por la comunidad mirandina. Son 47% de los votos mirandinos que le respaldan con toda la conciencia, 16 municipios y más de la mitad del consejo legislativo estadal. Para un novato por la Gobernación de Miranda, llamada por la oposición como la “corana” que le restó al ex -candidato presidencial, nada más y nada menos que 200 mil votos en este Estado señalado como la “corana”, repito, es la mejor de las ganancias.
Capriles seguirá cosechando “frutos” como el Hicaco, que según los estudiosos naturistas es igual de desabrido como la chayota porque no tiene ni calorías, ni propiedades alimenticias y ni siquiera tiene Hicaco: y seguirá rumbo a convertirse en el próximo ex gobernador que ganó una “corona” de Hicaco.
¡Viva Chávez! ¡Todos con nuestra fuerza mental para su sanación!
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