Las instrucciones de Chávez al PSUV, a la FANB y al pueblo venezolano fueron claras y precisas en el caso de no poder presentarse a la toma de posesión el 10 de enero. Sólo bastaría la comunicación de un twitter con ¡al oído, otra voz! para que las masas respondieran al unísono a su Comandante Presidente, pero eso no ha sucedido todavía. Entonces por qué estar buscándole las cinco patas al gato adelantando temerarias interpretaciones del artículo 231 de la Constitución lo cual trastoca la voluntad expresada por Chávez antes de su partida a la Habana donde fue sometido a la compleja operación de la cual se encuentra aún convaleciente. Sería mejor no desorientar a las masas y esperar que Chávez nos diga si ha cambiado de opinión o no, en vez de estar creando confusión y más angustia sin ninguna necesidad.
De la noche a la mañana las declaraciones de Diosdado cambiaron el cuadro político que parecía blindado con lo dispuesto por Chávez. Lo que más sorprende es que son un poco a título personal, a manera de un globo de ensayo, porque no hay allí, por lo menos hasta el momento de escribir esta nota, un pronunciamiento contundente, oficial, definitivo en el bloque del chavismo con el respaldo del máximo líder. Ante la imposibilidad hipotética de la toma de posesión por Chávez el 10 de enero Venezuela se encuentra ahora en una disyuntiva, corre o se encarama. Se convoca a elecciones con el nuevo candidato presidencial designado por Chávez o como lo plantea Diosdado invocando el artículo 231, el Tribunal Supremo será el encargado de la toma de posesión sin cuándo ni dónde.
No sabemos cómo se resolverá esta crisis política pero lo cierto es que nos estamos cocinando en nuestra propia salsa.
Mientras tanto el fascismo se mantiene al acecho esperando el momento oportuno para dar el zarpazo que nos debiera encontrar a todos unidos como lo dejó listo Chávez antes de partir a Cuba. Estamos pensando en el mejor escenario, sin duda, que es la recuperación de la salud de Chávez. Allá los otros, los que alimentan su alma con la necrofilia, esos están esperando lo peor para salir de Chávez por cualquier vía. Queremos y creemos que Chávez saldrá adelante de esta tremenda dificultad apareada al destino de Venezuela. Ahora, no se necesita tener detalles de la compleja operación para suponer, por lo que se ha informado, que al paciente le espera el tiempo que sea necesario, sin límite de fecha para su recuperación. Eso es lo humano para un enfermo crónico que se merece toda la consideración.
Dentro de todo lo que está pasando hay algo oculto y siniestro. Hay un clima nebuloso más allá del anunciado duelo entre Diosdado Cabello y Nicolás Maduro que en lo personal me parecen dos valiosos cuadros políticos del chavismo por igual importantes y claves en este momento histórico. Se puede oler algo además de la conspiración de la ultraderecha que siempre ha estado sigilosa después del fracaso del 11 de abril y del paro petrolero. No se vislumbra con claridad en esta etapa la profundización de la revolución para el avance del socialismo sobre el capitalismo cuando el máximo líder de la revolución está pasando por tan difícil trance. Qué navidades latinoamericanas tan jodidas éstas, de esperanza y de dolor, con la discusión de la paz en Colombia, la enfermedad de Chávez en Venezuela, el resurgimiento del EZLN en Chiapas y la predicción actualizada de los Maya según la cual el fin del mundo lo decidirá, en cualquier momento, el imperialismo con la tercera guerra mundial o con la extinción de la vida por el cambio climático.
*El autor de este artículo es profesor universitario de Filosofía, jubilado en la UPEL. Fue Director Ejecutivo de la Casa de Nuestra América José Martí.
