Los medios privados en Venezuela, son la causa de una sistemática destrucción de la salud mental, que se cuela detrás de las páginas de sus lectores, frente al control remoto de sus televidentes y sobre la frecuencia modulada de sus radioescuchas. Toda la basura mediática que recogen en vivo y directo para el diario consumo de sus usuarios, sólo los hace culpables de arremeter contra la inocencia de su propia culpabilidad.
No importa si pertenecen al espectro radioeléctrico, a la imprenta de Gutenberg o a la red telemática, pues el show comunicacional auspiciado por los medios privados, se encarga de distorsionar a full color, toda la realidad “real” que vivimos, en una píldora envenenada de antivalores por doquier. La reiteración de una subliminalidad que se esconde en el comedor principal de una casa de familia, es la fibra óptica que nuestro cuerpo padece en alto contraste. La capacidad de discernir en la astucia del “cazador” cazado, nos hace dudar en el frío de un led, que debemos acallar en el disfrute del silencio.
La tecnología, trajo consigo la obtención de artilugios, que no son más que pedazos de chatarra contaminante, para el Universo, la Tierra y los Seres Humanos. La empresa comunicacional del sector privado venezolano, que se expresa en: canales de TV, publicaciones impresas y estaciones radiales, crea un irracional consumismo en la gente, para que siempre exista una complicidad entre la presa, el depredador y sus comensales. Sólo imagina que pasaría si el Código Moral “Santai”, diera lugar al pensamiento crítico social, sin considerar la naturaleza de sus actos. Ahora, “Kikazaru” debe iniciar la cruel, hostil y reveladora “Jauría”, para lograr acorralarlo y realizar el proceso de interrogatorio a priori.
¿Perder la vida por un Teléfono Celular?, Sí, así como lo oyes, perder el privilegio de existir, para no perder un pedazo de chatarra contaminante. ¿Perder la vida por una laptop?, Sí, así como lo lees, perder el milagro fortuito de existir, por un pedazo de chatarra contaminante. ¿Perder la vida por un carro? ¡Por favor! Sí, así como lo sientes, perder la gloria de elevarnos al cielo, por un pedazo de chatarra contaminante. Sí, es cierto, creemos que el ADN es capaz de reinventarse, de aprender de los errores, de asumir cambios drásticos en la vida y apreciar lo realmente apreciable.
Pese a ello, el amarillismo de la infernal rotativa desplegada por los medios privados en Venezuela, no sólo juega con el sufrir ajeno, sino obliga a que los lectores se “encariñen” con el puño y la letra del “Obituario”, que demuestra como las páginas de Sucesos se apoderan de la mente de quienes las consumen. Si usted se sorprende al leer, como la negación de un desconocido en entregarle un pedazo de chatarra contaminante a otro desconocido, hizo que lo dejaran en un recuadro de papel a blanco y negro, pues le pregunto: ¿Usted realmente haría lo contrario? ¿Le entregaría las llaves al ladrón u opondría resistencia al robo? ¿Realmente qué harías? Sólo te pedimos que seas sincero en un proceso de introspección.
La filantropía revolucionaria
El “amor al género humano”, como una expresión bien intencionada de ayudar a la ciudadanía sin esperar recibir nada a cambio, es el gran timonel de la Filantropía que navega por las aguas de la Revolución Socialista del siglo XXI. De allí, que el fin humanista en Venezuela, hace que: los valores, sus adeptos y detractores, se muten en un cruce intercultural, que como afirmamos en párrafos anteriores, no siempre se compagina con lo incierto del destino.
La construcción de la Patria, requiere de voluntad, rebelión y cambio para no caer presos de los antivalores que la amenazan y así priorizar el derecho a la Vida. La sensación de perder el control, producto de la idiosincrasia en que vivimos, hace que las calles bolivarianas sigan estando “bravas”, en la transición que se envuelve al dejar: lo material, el resentimiento y la hipocresía, por abrazar la tolerancia, el respeto y la solidaridad. En la búsqueda del autodescubrimiento, el tiempo es capaz de aleccionar a la colectividad criolla, para perdonar las heridas del pasado y lidiar con el afer, que nunca olvida esa marcada línea de asfalto que aflige a los compatriotas que la transitan.
Ya sea en los “Valles del Tuy” mirandinos, en el sector “La Concordia” del estado Táchira, en la localidad trujillana de “Betijoque”, en la parroquia caraqueña de “San Bernandino” o en la urbanización “Los Olivos” del estado Bolívar. La participación activa de las Comunidades, ha sido la piedra angular del proceso revolucionario, para lograr que la gente ejerza el rol protagónico en defender la sana interacción Hombre-Medio.
Más allá de la ideología bolivariana, es complejo entrar en la psiquis del venezolano y que entienda que al priorizar la Vida, nos liberamos de todo lo negativo que coexiste en la sombra de nuestros pasos, en los neumáticos del automóvil y en el arte de la levitación. Si por desgracia, un emisario del hampa común, un mensajero del crimen organizado o un amigo de la Mafia, te “Encañona” con revolver en mano y pide que te despojes de ese infernal pedazo de chatarra contaminante; simplemente deja que la libertad de sentirnos libres, sea la razón de apreciar: la espiritualidad, lo natural y el privilegio de existir.
La raíz del problema
A nadie le gusta perder, frustrarse o sentir la burla ajena. Todos quieren ganar y sentir el poder de controlar la burla ajena. ¡Duele! Algunos aprenden a lanzar la moneda al aire. Otros lanzan la moneda al aire de quien aprendió a lanzarla. Es el ancestral juego del Buda japonés, pero teniendo que escuchar, ver y sentir lo que nunca se desea ver, sentir y escuchar. Piensa que si la “Paradoja de Drake” fuera cierta, pues nada sería producto de la casualidad. Si los Mayas previeron el fin del Mundo en el 2012, usted no estuviera leyendo mis palabras. Si lo que no mata nos ha de fortalecer, doy fe de ello.
Es fácil decirlo, cuando no se tiene una familia que alimentar, cuando el desempleo hace años tocó la puerta o cuando las 4 paredes del hospital han de gritar sin parar. El problema, es que el orgullo, la terquedad y la venganza, sólo te llevan “derechito” al callejón sin salida de: las pesadillas, el suicidio y las balas perdidas. La duda homeopática en creer que lo similar cura lo similar, es la antítesis que nos encamina a la verdad.
La oscuridad a plena luz del día, ya no toma por sorpresa ni al lejano “Catatumbo”, pues el descontrol psico-emocional a flor de piel en los individuos, tras absorber la basura audiovisual que transmiten los medios privados en Venezuela, fue quien vistió a Mizaru de incredulidad. El gran problema, es que tanto va el agua al cántaro, hasta que se rompe. Y ese radical juego de reinvención socio-cultural que relatábamos, ha hecho que lo “rojo” de la sangre que emanan las venas del hampa común, se lleve todo a su paso. En un abrir y cerrar de ojos, todo nace y todo muere.
Todos hemos tenido autovivencias y experiencias cercanas, en las que un amigo, vecino o familiar, perdió la Vida por no entregarle al delincuente el pedazo de chatarra contaminante. Muchos se acostumbran, a creer que ese fatídico instante, fue producto del fatal azar del destino. Pero, el hecho de que la existencia humana siga siendo un hecho fortuito inexplicable, no debe confabularse con la búsqueda de la autodestrucción.
Dependerá de la decisión a tomar en ese letal segundo de Vida, para elegir el camino de correr y seguir corriendo o dejar que la luz roja de “Iwazaru” se apodere del alma. Nuestros Próceres nos demostraron que es preferible morir por un ideal de Vida, que vivir por un ideal de Muerte. La confusión que se cruza en ese ancestral antagonismo, es el punto de partida para autodescubrirnos cada día un poco más.
Sólo imagina la tragedia de Artabán, de no haber aprovechado: la magia de la Noche, el instinto del Camello y la brújula de las Estrellas, para entregar a tiempo y junto a sus tres amigos: la mirra, el oro y el incienso. Hoy en día, se estaría hundiendo en la llamada “Sopa Tóxica”, que es una Isla de basura ubicada en el giro oceánico del Pacífico Norte, cuya superficie es mayor que la nación caribeña de Cuba
Si las promesas se hacen para cumplirlas o morir en el intento, dependerá del Hombre y su palabra, que si la pierde, se quedará sin absolutamente nada. El pasado ya pasó y el futuro es incierto, sólo tenemos el presente de nuestros actos que luchan a diario, por valorar la gracia salvadora de la Vida y jamás hacer leña del árbol caído.
Haz que tus seres queridos, entiendan la pronta necesidad de internalizar esa vital filosofía del “per aspera ad astra” y así no dejarse manipular por las promesas vacías que el medio privado venezolano, personificando a la voz, la tinta y la imagen del “Diablo”, se encarga de rentabilizar al confundir a la gente.
Carlosfermin123@hotmail.com