Queremos ver la firma del presidente Chávez en el decreto en que se nombra canciller a Elías Jauja y, sí es posible nos deben entregar la Gaceta oficial original que demuestre que es cierto que la firma es legible y, no es una firma vieja y rotativa de pulso extraño.
Todo ello viene al caso y, lo justificamos sin ambigüedad, porque nuestro comprometido secretario ejecutivo de la MUD tiene un pálpito de duda que la rabo e’ cochino del presidente tiene una variante bien peculiar y, a decir del mismo Guillermo Aveledo sin prontuario subjetivo cree que la firma que aparece en público no salió de la mano izquierda que, por aspectos comprometedores es posible que haya un hecho punible que desconcierta a la oposición. Es decir esa sería una firma de derecha que deja muy mal parada a la izquierda.
Tenemos motivos más que suficiente que os permita remitirle una nueva carta de la MUD a Insulza, poniendo al descubierto una tramoya especulativa que esconde un entramado de ilegalidad que nos meta un nuevo canciller sin la garantía que es nombrado por el presidente reelegido y más bien sea un ardid de compromiso arbitrario del vicepresidente Maduro en el “limbo de su actuación nula”.
Toda esa trama de irregularidad entra de lleno en el vacío de poder que nos ha dejado el 10-E sin darnos tiempo de reponernos de tanta abrupta confusión que nos mantiene el pensamiento de nuestra dignidad ortodoxa patasparriba y, nos mantenga viendo estrellas luminosas sin luz propia, es lo que cualquier constitucionalista deduce e intuye a nuestro entender: a la meta de su razón con entrega y salto inmediato sin vallas que traben la realidad de buena voluntad que tenemos de auxilio.
Dentro de nuestra oposición culta, digna, selectiva, recreativa y beligerante y a veces tolerante cuando viene de allá para acá que hace a la minoría mayoría y, en que la luminosidad del sol nos da de frente en la cara de la inconstitucionalidad y, alzamos la voz con un estornudo de franqueza que aleje el pasado que una vez fuimos poder con la sensible apariencia de democracia circunstancial sin escaños de sondeos fructíferos en que los de ayer somos los mismos de hoy, es decir, “el mismo musiú con diferente cachimbo” que, quiere el poder omnímodo que nos devuelva, quítate tú pa’ ponerme yo.
El aquelarre en que nos hemos metido tiene una causa-efecto que nos amplía los márgenes de la confusión que hoy se come al país en carne propia con una fragilidad que nos devora en confrontar y opinar con sobredosis imaginarias que el que tenga más aguante para la lucha en que a diario se hace presente y con la seriedad que nos caracteriza: impondremos nuestra supremacía con voz sin votos, pero con una firmeza que no se apresta a deprimir nuestra unidad que, se fortalece con nuestras peleas internas que, no trascienden a los medios por una simple horizontalidad de cómplices agudos.
El panorama nacional, ya está preparado, para que cada quien saque sus conclusiones y hagan deducible que el que más suma recoge más productos dentro del inventario de sus bienes y, nuestra oposición rema sin contra tiempos con la ayuda internacional de los personeros políticos, faranduleros, exiliados, injerencistas y demás franquicias yanquis que refuerzan el gran baluarte de ser apátridas y franquistas del dólar americano que se juegan el todo por el todo en hacer posible la oferta y la demanda de la entrega que acabe con la cooperación que actualmente alimenta a los chulos que mantenemos –según lo afirmado por Julio Borges.
Actualmente estamos con un pie en el avión de ida y el otro pie en la OEA con la mala suerte que el embajador de Panamá en la OEA ha dejado el pelero de su “digno y humanitario” y decidido apoyo que hizo temblar de rabia a los chavistas del mundo y, a nuestra oposición la iluminó con la placidez de un defensor a ultranza de nuestras ideas que rebotan y se explayan como los patanes venenosos que en catorce años del gobierno de Chávez hemos sido.
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