Después del revuelo que se ha formado por el anuncio del concierto de Juanes y Miguel Bosé junto al Sistema Nacional de Orquestas de Venezuela, hay muy poco que decir. Creo que todo se ha dicho, bastante claro y con propiedad, ya que las opiniones adversas no provienen solamente del pueblo enardecido que con justa razón ha dejado claro que a estas alturas del descontento realizar ese acto sería correr el riesgo de hacer el ridículo más grande de sus historias -esto va tanto para los invitados como para el anfitrión-, sino porque el rechazo ha provenido también de un grandioso número de artistas que durante estos 13 años de revolución han expuesto sus pellejos; han visto mermado el número de contrataciones, por ende sus ingresos… y en fin, se han resteado con este proceso. Son artistas de talento y trayectoria reconocida, nacional e internacionalmente, a quienes no les ha importado el veto de las empresas que antes los contrataban, e inclusive el insuficiente apoyo que las propias instituciones del Estado les han dado, para seguir dando la cara por este proyecto Bolivariano. Artistas que, para no afectar la cohesión del proceso revolucionario no han salido a reclamar cuando, por ejemplo el propio Comandante ha recibido en su despacho a cuanta figura de la farándula internacional ha querido hablar con él, como Naomi Campbell, Sean Penn o Vicente Fernández… a quien por cierto se le entregó una altísima distinción Presidencial, mientras a un montón de los nuestros, con mayor o igual mérito, no los atienden ni los ministros. Son los mismos trabajadores del arte que, a pesar de la inconformidad, no salieron públicamente a rechazar el acto central del Día de la Juventud para el cual se contrató un “producto” de tan mal acabado y confección mayamera como Chino y Nacho. O cuando se ha puesto al animador del más decadente programa de la televisión venezolana a presentar, nada más y nada menos, que el acto central de cierre del Año Bicentenario. Son los artistas que, para no afectar la campaña electoral no armaron un escándalo cuando se nos presentó como imagen artística de la revolución a tres mediocres, alienados y adoradores de los Estafan, como Omar Enrique, Hany Kauam y Los Cádillac, como si Lilia Vera; Cecilia Todd; Francisco Pacheco; Iván Pérez Rossi; Oscar D´ León; Evio Di Marzo, por nombrar solo a algunos, fueran unos pendejos. Y no hablo de que sean o no Chavistas, sino de la mediocridad y oquedad de la propuesta de estos tres millonarios… a partir de esa campaña.
Hasta ahora todo ha sido tragar fuerte y morir callao, pero el problema es que, antagónico al interés de los oportunistas, nosotros toleramos que se metan con la limosna, pero no con el Santo. Y estas dos perlitas que el maestro Abreu quiere traernos a casa lo menos que han dicho de nuestro Comandante Presidente, es que “es un maldito tirano, dictador y fascista, que tiene al pueblo venezolano sometido”. El estúpido de Miguel Bosé dijo que no vendría a Venezuela mientras Chávez fuera presidente. ¡Pero claro! por la plata baila ese momo, aquí como en el reino del Borbón que se cree rey del mundo. Debería el Maestro Abreu, invitar también a Alejandro Sanz y a Willy Colón pa´ que complete su “Show”.
Si no se lo han dicho hasta ahora, queremos recordarle al Maestro Abreu que, aunque agradecemos la creación y consolidación de esta maravillosa escuela musical, El Sistema Nacional de Orquestas no es de su propiedad. Aunque sea él quien cobre… es de todos los venezolanos. Y los ocho millones y medio que votamos por Chávez, así como asumimos que “la soberanía radica en el pueblo” -como dice la Constitución- para ratificar que Chávez sigue siendo el presidente aunque esté convaleciente, la asumimos para “Decretar” que ese Concierto queda suspendido y que si insiste, el Maestro Abreu tendrá que atenerse a las consecuencias, porque no sólo vamos a hacer valer nuestra soberanía para que esos lacayos imperiales no canten en este sagrado suelo Bolivariano y Chavista, sino para solicitar ante las instancias correspondientes que se le “expropie” la dirección del Sistema Nacional de Orquestas. Y para que no insista en montarnos ese espectáculo, le advertimos lo mismo que le acaba de advertir la Directiva de la Asamblea Nacional a la oposición: “Si usted desconoce la Soberanía del Poder Pupular, del que también forman parte los músicos del Sistema, entonces el Poder Popular desconocerá su autoridad como Presidente del Sistema Nacional de Orquestas de la República Bolivariana de Venezuela, porque esta afrenta no tiene nombre… aunque sabemos todos que sí tiene precio.
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