En catorce años el Presidente Hugo Chávez ha soportado golpes de estado, guarimbas y el asedio permanente de los medios de comunicación social privados. Se le ha faltado el respeto a su madre, hijos y a toda su familia. Se han burlado de su condición racial, de su origen humilde y de su formación militar. Ni se diga en las circunstancias tan complejas en la cual se encuentra en este momento. También los insultos y vejámenes se han enfilado hacia quienes le apoyamos. Y sin embargo, el proceso revolucionario avanza y se consolida cada día más.
De encontrarse el presidente ejerciendo la presidencia en buenas condiciones de salud y se le solicitara permiso para realizar el llamado “Concierto por la paz”, con la participación de Juanes y Bosé y organizado por José Antonio Abreu, de ninguna manera habría negado la realización de ese evento. Esto es así, porque Chávez no es hombre de rencores y retaliaciones.
Ahora bien, el concepto Chávez ya no identifica al hombre, es una categoría que ha trascendido al pueblo, Miguel Ángel Pérez Pirela dixit. Por eso es que incomoda la presencia de los “caballeros” antes precitados en nuestro país.
Señores golpistas, desestabilizadores y manipuladores tengan en cuenta que la vaina ahora no es con Chávez, la vaina es con el pueblo.
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