Después de la rebelión militar del 27 de noviembre de 1992, y en pleno proceso electoral, muchos compañeros vinculados a esa causa, sostuvimos una reunión para evaluar y plantear el llamado a la abstención política.
Algunos sustentamos la idea de participar en los comicios, para ver si se lograba algún espacios políticos, para impulsar la resistencia. Se planteó la idea de construir alrededor de la vieja Causa Radical, y del aspirante a la Alcaldía metropolitana, Aristóbulo Isturiz, una trinchera para la lucha, y mantener ardiendo la llama de la rebeldía del 4-F y del 27-N. La propuesta fue derrotada, pero Aristóbulo fue electo Alcalde, un triunfo muy singular e importante para las luchas de la izquierda venezolana.
Durante las intervenciones del 4 de febrero de 1992 en el extinto congreso, el discurso de Aristóbulo fue sin duda el mejor de la jornada, pero la historia registro el del ex presidente Rafael Caldera, por lo que representaba para la derecha venezolana.
No sorprende entonces abrir las páginas del último número de la revista gerente, en una edición especial dedicada al liderazgo, y encontrarse con la figura del actual gobernador de Anzoátegui, entre los 100 líderes más influyentes e importantes del país, junto a figuras como Gustavo Dudamel, Hugo Chávez, Omar Vizquel, Jacinto Convit, Simón Díaz, Nicolas Maduro, Diosdado Cabello, Elias Jaua, y el infaltable José Vicente Rangel.
La revista afirma textualmente “Aristóbulo, es un dirigente con perfil propio dentro del chavismo”, una particularidad importante que cobra mucho relieve cuando se analiza la fecha de elaboración de los textos, escritos antes de las elecciones de gobernadores, para ese momento Aristóbulo, era vicepresidente de la Asamblea Nacional, cargo que no garantiza a nadie su inclusión en una lista tan privilegiada al lado de Vice-Presidentes, Presidentes, jefes de partidos.
La inclusión en una lista tan privilegiada, es un reconocimiento a la cualidad de político de Aristóbulo, a lo ideologizante de sus discursos, a su trajinar al lado de nuestro pueblo, a sus convicciones de hombre de izquierda comprometido con los procesos de cambio, y a la influencia que cobran sus ideas en las coyunturas difíciles.
Influencia que debe ser aprovechada para traer el progreso y la prosperidad a nuestro estado, como lo demuestran sus primeras acciones de gobierno, con las cuales ha dado una muestra de autoridad moral, al movilizar a diversos factores, para cumplir tareas concretas.
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