La verdad que no es fácil ganarle una al capitalismo/consumismo. Recientemente hemos visto circulando una cuña televisiva sobre las medidas perfectas 90x90x90, en la que aparece una chica pasadita de peso, promoviendo una compañía de t.v por cable. Asociando, por su puesto, las medidas de la chica con los “beneficios” que le ofrece la operadora de cable por suscripción a sus clientes, ¿qué tal?
Antes nos vendieron modelos ideales de cuerpos de mujeres “perfectas” (90x60x90) que aunque sirvieron básicamente para impulsar la industria de productos dietéticos (léase comida chatarra light), la cirugía estética y últimamente la industria farmacéutica, especialmente la comercializadora de antidepresivos inhibidores selectivos (prozac y sus similares), sí esos medicamentos que están indicados para: episodios depresivos mayores, trastorno obsesivo-compulsivo, bulimia nerviosa e incluso para niños mayores de 8 años que presentan episodios depresivos de moderados a graves, generalmente acompañados éstos fármacos de terapia psicológica.
Ahora se replantean promover el sobrepeso como cualidad y como un ideal al que debemos aspirar todos y todas. Claro ya el mal está hecho, ahora no queda más que convencernos de valorar “lo que somos”. La industria de la t.v, que también floreció mucho con la comercialización de la “mujer perfecta” del siglo pasado (90x60x90), ahora comenzará a sacarle punta a los resultados de su éxito, comenzará a orientarse al “target” de los más abultados, léase los gorditos y las gorditas. Los creadores de estas campañas publicitarias saben que la obesidad es una de las consecuencias directas del sedentarismo que la cultura t.v, y ahora internet nos han legado, por tanto, van a atender el ego de sus “clientes” y posiblemente después se asociarán a las clínicas que atenderán las consecuencias de salud que la obesidad trae asociada y finalmente a las compañías fúnebres, para rematar el negocio, quién dijo que el capitalismo está en crisis, viva el capitalismo carajo!
Ya sabemos que todo lo que nos dice la t.v tiene un propósito expreso, vender productos y más que eso vender ideas, pero qué hacemos, cómo nos emancipamos si podríamos decir que el sistema nos ha programado para responder a los estímulos que nos ofrece y mire que termina lográndolo. Habrá que apagar el t.v, el p.c, el móvil y de vez en cuando intentar hasta apagar nuestro propio cerebro quien quita que en una de esas el sistema presente un desperfecto y rompa su lógica.
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