Los pueblos son sabios. Y el venezolano, más aún, se las sabe todas. Le da la vuelta a todo, para bien o para mal. Basta con pararse en cualquier lugar, esquina…y abordar cualquier tema en cuestión, y el venezolano, siempre tiene algo importante que aportar al respecto.
Conversaba en lugar de comida rápida ayer, cerca de mi casa, con un conocido que tiene una venta de repuestos para refrigeración por el sector. Hablábamos de la situación del país, especialmente del desabastecimiento de algunos rubros de la cesta básica nuestra.
Comentábamos que, a pesar que el gobierno hacía todo lo que está a su alcance para evitar la especulación y por ende la inflación, los delinburgues (delincuentes burgueses), se las ingenian para salirse con la suya. Presionan por todas partes para obtener mayor ganancias.
El gobierno regula cualquier producto, y lo esconden, disque le añaden vitaminas; sabores artificiales, o, los hacen light para aumentarles el precio. Peor sucede con los automotores. En el único país del mundo donde el vehículo cuesta más al sacarlo del concesionario que nuevo, es en ésta maravilla de país. Igual pasa con los repuestos para vehículos o cualquier artefacto y en cualquier rubro de la economía.
El problema está señores en los dólares otorgados por Cadivi a los delinburgues. Reciben los verdes y en vez de gastarlos en lo que importan los venden en el mercado negro y así obtiene mucha más ganancia. Vuelven a solicitar, reciben y hacen una comprita pa que crean. Un palo pal pavo y uno pa ellos, y así sucesivamente. Esto, no se queda allí, hay más. Venden con sobreprecio y al quejarse el cliente, argumentan que Cadivi no les da los dólares y que están comprando muy caro en el mercado negro, mercado que ellos mismos controlan.
La solución dijo mi interlocutor, es, “que el gobierno compre directamente el rubro al proveedor en el país que sea, importarlo y después de los trámites correspondientes, lo entregue ya regulado y con el precio marcado, por su puesto con la ganancia justa, al comerciante y/o empresario”. Así, el delinburgues no podrá hacer de las suyas y se acaba esta lavativa.
Muchos dirán: ¡Coño! ¡Demasiado trabajo para el gobierno! El delinburgues amenazará: ¡Bajamos la Santamaría! Los economistas* causantes de todo el caos habido y por haber, argumentarán: Técnicamente eso es imposible, no es viable. Y el Pueblo dirá: ¡Échele bolas Comandante! ¡Cuente con nosotros!
El funcionario que no quiera que entregue el cargo y dele paso a otro más capaz. Al que baje la Santamaría, exprópiesele el negocio y désele al que de verdad quiera trabajar por éste país. Los economistas, calladitos se ven más bonitos. ¡Ah! Y métale el ojo a los funcionarios de Cadivi y a la Banca que se prestan para el desangramiento económico ¿Será esta la solución ante semejante situación?
*Un poco de humor: Muere un ex ministro de economía. Sus amigos se reúnen para pagarle el funeral a la viuda, el hombre no solo arruinó al país, sino también a su familia. Le piden al dueño de una fábrica un dólar para enterrar al finado. Reciben un sobre con un cheque y una nota que decía: ¿Un dólar por enterrar a un economista? Me parece un desperdicio. Ahí tienen este cheque: ¡entierren a mil de ellos!
Necesario es que el Pueblo tome el timón de la Nación a la orden de su Comandante.
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