Todos los días voceros de la Oposición exigen, por un lado, que se les diga la verdad sobre el estado de salud del camarada Chávez y, por el otro, lanzan a la opinión pública un diagnóstico del paciente. Una paradoja o contradicción o, mejor dicho, actúan con una espada de doble filo para que si lo pela el chingo lo agarre el sin nariz. Desde Panamá, un acérrimo enemigo del Proceso Bolivariano y rezador permanente solicitando fallezca lo más rápido posible el camarada Chávez, dijo de éste que tenía muerte cerebral. Desde Estados Unidos, a diario o varias veces al día, se informa sobre la salud del camarada Chávez poniendo énfasis siempre y de la manera más extraña en su deterioro.
En verdad no estoy en ninguna legión de personas que ande solicitando ver o escuchar al camarada Chávez para saber si está vivo o no. Deseo infinitamente que sane totalmente, pero también entiendo que su enfermedad no es cualquier cosa y que puede hasta tener un desenlace que nunca quisiéramos sea verdadero. La muerte anda dentro o encima de cada ser o cosa viviente. Los millones y millones de venezolanos y venezolanas que desean verlo o escuchar su voz, lo hacen con sus manos puestas en el corazón, son gestos sinceros y humanitarios de sus nobles sentimientos de afecto, cariño y de amor por el camarada Chávez. Eso hay que respetarlo. Sin embargo, existen, aunque lo nieguen, los que quieren es ver el cadáver del camarada Chávez para que haya inmediatamente elección presidencial, confiados en que la Oposición arrasará con la candidatura del camarada Maduro.
Los grandes medios de comunicación burgueses sostienen tener informaciones de fuentes fidedignas de todo caso en que quieren ganarse la exclusividad de la información y, mucho más, cuando se trata de un personaje aborrecido por los políticos imperialistas, tal como es el caso del camarada Chávez en este momento de la historia del mundo –en general- y de América Latina –en lo particular-. De esa manera, todo el más mínimo rumor lo convierte en “verdad” inobjetable o irrefutable, en hecho dado y sellado. Son los medios de comunicación que viven y disfrutan los principios abstractos de la democracia como el derecho de mentirle al pueblo para que siempre las grandes verdades pasen por debajo de las mesas.
Ciertamente, los medios de comunicación burgueses han creado, por lo menos en una parte de la población, una enorme confusión sobre el lugar en que se encuentra el camarada Chávez sometido a tratamiento médico y a reposo absoluto. El Gobierno Nacional, a través de voceros autorizados, anunció que el camarada Chávez se encuentra en el Hospital Militar de Caracas. Desde entonces, merodean sus alrededores los sabuesos buscadores de pifias para sacarle punta al lápiz con que escriben sus mentiras o sus informes de doble o más intención. En verdad, no sé dónde tienen al camarada Chávez, porque para mí lo importante es que se halle en el sitio más adecuado para su tratamiento y reposo, sea en Caracas o fuera de ella.
Lo cierto, es que han lanzado el petardo de que el camarada Chávez fue trasladado, hace días, a la isla de la Orchila con el objeto que sus últimos días de vida los pase rodeado de sus seres más queridos o, más concretamente, sus familiares. Y agregan, que fue tomada esa decisión debido a que el viernes pasado los médicos determinaron el avanzado estado negativo de su enfermedad como resultado del estudio de una tomografía. El diagnóstico fue el siguiente: posee una tumoración pulmonar que se le desarrolla de forma acelerada, lo cual ya le ha deteriorado el 35% del pulmón izquierdo. Eso científicamente lo han denominado los medios de comunicación burgueses como metástasis del rabdomiosarcoma pélvico. Si eso fuese cierto y quiera la naturaleza del camarada Chávez, sus médicos y su fe religiosa no sea verdad, estamos frente a una filtración fidedigna de información que sale del entorno más cerrado que tiene que ver con la vigilancia, tratamiento y cuido del camarada Chávez.
Lo raro es que algunos medios privados no hayan prolongado sus especulaciones a temas de mayor intimidad del camarada Chávez. No extrañaría, por ejemplo, que en este momento se pongan a recordar al general Marcos Pérez Jiménez, quien luego de su huida de Venezuela, fue acusado de perseguir en moto a reconocidas mujeres de la sociedad venezolanas que eran obligadas a correr desnudas para que las atrapara el hombre de Michelena y disfrutara de su victoria haciendo el sexo con la víctima. Ya han dicho que para la Orchila el Presidente no requiere de solicitar permiso a la Asamblea Nacional pero para Cuba sí. Claro, y lanzaron igualmente otra perla que han pensado sería la que más provecho generaría a la Oposición poniendo al camarada Maduro como un frenético mentiroso. Dijeron que justo el día del agravamiento de la salud del camarada Chávez y cuando se determinó trasladarlo a la Orchilla fue, precisamente, el momento en que el camarada Maduro anunció públicamente que él y otros altos funcionarios del Gobierno Bolivariano habían pasado cinco horas junto al camarada Chávez.
Es impresionante como esos medios de comunicación consultan a expertos en oncología para lanzar sus rumores al aire como noticias ciertas. De esa forma dijeron que el camarada Chávez fue trasladado en una camilla en una burbuja de plástico. Y a eso se suma el triste espectáculo de CNN de dedicar horas a especular sobre la salud del camarada Chávez y, especialmente, tratando de pescar en río revuelto, en vez de ocuparse en reseñar los crímenes que a diario cometen las naciones imperialistas en otras naciones buscando apoderarse completamente de las riquezas ajenas. Y serán ajenas mientras el planeta viva capitalismo porque en el comunismo todo lo existente en la tierra será de toda la población para su bienestar.
Por favor: dejen al camarada Chávez tranquilo, porque cuando vuelva y comience a hablar entonces volverán a las críticas de que habla y encadena mucho.
