Arria, Pablo Medina y los estudiantes encadenados

Qué gozadera la de estos dos líderes que pertenecen a la “Junta Patriótica” de peatones políticos ad hoc que no están inscritos en la MUD y, quieren sentar cátedra política de un consenso que no los consiente por malos bichos que no aportan nada y, están más despistados de la realidad progresiva del país que, Capriles del estado Miranda.

Y como no los quieren en ninguna parte por irresponsables y por poca confianza leal al pueblo, buscan presencia estimulante de encadenarse presencialmente al grupo de los “dignos estudiantes” que encadenados permanecen como “protesta reflexiva” en el este, dictando cátedra de represión recreativa de auxilio sin reparo dentro de la cordura puntual al pensum que les viene de Miami, que incluye un aparte sobre la guerra psicológica que consume parte de su apresurado tiempo que abarca capítulos de la agenda a seguir hasta que el cuerpo aguante y, salga humo blanco del Hospital Militar.

Y Arria con una fluidez de vendedor ambulante los recreó con una sabiduría sin precedentes que recorrió portales mediáticos de apoyo involuntario al desembuchar con ironía de postín: cuando, los reconfortó con la frase: sigan como van que ustedes amados estudiantes son la parte noble y, la esperanza de este país que anda en un oleaje de malas intenciones políticas y fuera de toda lógica comunitaria de poder que se balancea hacia un Castro-comunismo desesperante que acabará tarde o temprano: con la trayectoria democrática que bastante trabajo nos dio conformarlo sin complejos ni interés ninguno. Por eso somos lo que somos: unos tristes parias del reacomodo grupal.

En cambio: Pablo Medina observó y comparó la comparsa que sigue al carnaval como un sacudón de alegría sin recelos que se encamina a una “insurrección estudiantil” que marca pautas pocos comunes en la oposición venezolana de “manos a la obra” y, quedará de ejemplo al mundo con su creación de cadena nada perpetua, pero sí principista que une fines fuera de más de lo mismo y que él aplaude con entusiasmo patrio que los ata a la “junta Patriótica”.

Alguien desde cerca gritó con entusiasmo: esas son nuestras fieras encadenadas tras el buen ajuste político de la nación y de la oligarquía que clama por lo suyo.

¿Qué sería de Venezuela sin sus estudiantes “progresistas” que cuando no están frente a una embajada, rayan el cuaderno de sus vidas con una opción que los acerca al nuevo futuro de la grandeza del país? Y ése no fue otro que él mismo Arria en una arenga fraterna que sacudió con su presencia la tarde complexa de angustia y, de mirones que arrancó una salva de aplausos que invadió un pedazo del tiempo y, sin futuro real al acto.

Un señor maduro que pasó cerca de los estudiantes y de los dos visitantes, los lastimó y los enfureció con la frase sincera que los desnudó cuando dijo, “dios los cría y el diablo los junta”. ¡Qué desgracia!

Por motivos ajenos sin causa justificada: no pudieron disfrutar de una misa de acercamiento y reconciliación que el padre Palmar en contraposición a la chavista les ofreció como aceptación y ofrenda por la convivencia y armonía que reina en la oposición y por el buen “tino” orientador de sus estudiantes en acción de “revolver” los escombros que como profesionales ocupan un espacio de estudios a largo plazo que los consagrará como “líderes universitarios de vanguardia”.

Y como objetivo bien afianzado por la libertad de la libre reunión: Arria y Pablo Medicina se despidieron envueltos de conformidad de haber reforzado la marcha y vigorizarlo de no dar un paso atrás hasta que Chávez no aparezca.

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Esteban Rojas


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