Mario presentó en “La Hojilla” a Marta Sinsal; como de costumbre la vi hoy, de mañanita y de refilón; mientras yo colaba mi café(cito) [Café Venezuela] y disponía aperos, oí las necedades de Sinsal.
Dijo que si el pato y que la guacharaca, que si patatín y que patatán, y más, dijo otras necedades, aunque, a decir verdad, nada divertidas como hubiese sido Marta Colomina, que es cómica porque ésta sí que mete embustes tras embustes, tan bueno y con su cara bien lavá.
Es ahora, a la tardecita, cuando me entero que Sinsal no vino ni ron de otro planeta sino de Copei, que durante el libertinaje presidió a VTV -y, tal como lo hizo la Colomina, ésta, adeca de uña en el rabo- hizo lo que le dio la gana, ahí.
Al parecer, cuando la Colomina presidió VTV, dejó un reguero de corrupción tal que hasta las sillas y mesas de su apartamento personal, y finas maderas para construir las decoraciones de la cocina del mismo, fueron costeadas a cargo de Venezolana de Televisión -VTV- y que inclusive fue imputada pero que el bufete de David Morale Bello la eximió de culpa, a cambio de coima.
Marta Sinsal y Marta Consal provienen respectivamente de Copei y de AD, es decir, son lo mismo, lo que les diferencia es el condimento.
Aspiro a que mi Comandante en Jefe salga airoso del duro trance por el que ahora pasa.
Yo también te amo, querido Comandante, aunque no rezo, y por si llegas a leer este mensaje, te digo que guapees y no te preocupes, más bien, cuando salgas de tu convalecencia, vete para Kavanayén.
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