La idea de proponer una reforma constitucional para incluir expresamente la definición de Padre Eterno a nuestro querido Libertador Simón Bolivar y Comandante Supremo al Presidente Hugo Chávez, cogió la calle del medio y prendió como reguero de pólvora.
Eso yo lo comprobé esta mañana, de manera aleatoria, en más de un lugar del recorrido que hicimos -mi patrulla- y, aunque la idea fue expresada de diversas formas, sendas convergieron en que debemos hacer una reforma puntual a la Bolivariana, para preservar nuestro legado histórico reciente.
No es, por ejemplo, una casualidad que El Vaticano designase un gendarme para América Latina, El Vaticano volteó sus ojos contra América Latina para intentar frenar la integración de nuestros pueblos y, más en concreto, para combatir a Chávez.
El Vaticano dispuso voltear sus ojos hacia América del Sur, no sólo porque Europa está en crisis sino porque acá se forja un polo de desarrollo y, ellos, los vaticanos, están ávidos de riquezas. Al mismo tiempo, ese ultramontano sector viene a intentar matar la idea del socialismo.
El Vaticano viene por Chávez, viene a intentar borrar su memoria, a matarlo de nuevo por envidia, ya que Chávez ha hecho más por los cristianos que la Curia Romana.
El Vaticano es una cabeza de playa, parte del plan imperialista internacional contra el Socialismo, por lo que no debemos ser ingenuos; debemos blindar nuestras posiciones.
Nuestro pueblo es sabio pero El Vaticano no es pendejo y tiene fuerza para chocar, así que, mosca.
¡Chávez, reposa, por favor; descuida, nosotros defenderemos tu legado!
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