Desde Adán y Eva hasta Cristo han debido sucederse muchas generaciones pero desde Cristo hasta Chávez, muchas más; si uno se pusiera no a indagar lo ocurrido desde el origen del mundo hasta Adán y Eva sino, apenas, desde Cristo hasta Chávez, se percataría de que es tarea nada fácil, desentrañar la historia antigua tanto como la historia contemporánea.
Los escrúpulos religiosos -entre otros factores- siempre impidieron impiden e impedirán conocer la historia, hasta el hueso, porque ellos los dogmáticos nos ven -a los rebeldes- como un desafío a la narración bíblica.
Sin embargo, el estudio de la historia progresó progresa y progresará, pese a todo, por el empuje de la ciencia.
Charles Darwin postuló “El origen de las especies” y “El origen del hombre”, una contribución importante para el avance del conocimiento de la historia, unos antes -como Nicolás Copérnico y Galileo Galilei- y otros después como Einstein y Chávez, destacan extraordinariamente en la historia humana, por sus respectivas contribuciones al progreso de la ciencia y de la historia.
En cambio, he ahí a El Vaticano, nada que ver, puro racismo y dogma, humo negro para expresar lo negativo y humo blanco para lo contrario.
¡Bah!
El racismo es propio de élites y sectas explotadoras que se creen superiores y, desde esa cosmovisión, creen tener derecho a humillar a todos los demás y a quienes consideran inferiores.
Racismo es colonialismo.
oceanoatlanticoguillermo@gmail.com
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