Hay cosas que no tienen nombre, pienso que en algún sitio del océano debe haber alguna criatura fuera del taxón; es probable que fuera del agua exista también un animal inaprehensible por guabinoso y que, inclusive, teniendo nombre propio apele a un alias para tratar de embaucar a los demás.
El camaleón, por ejemplo, se mimetiza según el medio ambiente, cambia de color para evadir ser captado. He ahí precisamente que un gendarme nuevo de ropaje, de color, pero de vieja data en sus andanzas reaccionarias contra el socialismo, y valga decir que no por casualidad sino por causalidad, venga ahora a tratar de llevar contra el paredón al Hugo Chávez hecho memoria.
Alias “Francisco” es ese gendarme al que me refiero.
Cuando un concepto no representa a un objeto se está conceptualizando en el vacío; si yo digo piedra el objeto al que me refiero existe, y es verificable por todos, hasta por un tierno niño; por otra parte, es necesario asumir que los objetos evolucionan, nada se mantiene como era originalmente, la única constante es el cambio, así que en la medida en que el objeto del concepto cambie por naturaleza, éste, el concepto, debe evolucionar también porque de lo contrario sobreviene un desajuste entre la realidad y su definición que en buena parte coadyuva su percepción concreta.
Asimilar una ideología es un hecho complejo que implica el accionar de una cadena de secuencias de percepciones que se asocian a una realidad visible y si la percepción del fenómeno ideológico se hace difusa, puede sobrevenir la apatía y la falta de compromiso.
El socialismo es un concepto vilipendiado sistemáticamente por El Vaticano y por los demás imperios, de ahí la feroz ofensiva contra Hugo Chávez quien precisamente fue en vida el padre del Socialismo del Siglo XXI.
Para Chávez, un hospital que deje morir en su puerta a una persona porque ésta carece de dinero, se llama capitalismo; y, un hospital que atiende sea a quien sea sin pedir siquiera identificación, eso se llama socialismo.
Generalizar el concepto socialismo, así nomás, puede generar confusión, no hay que olvidar que socialismo ha estado asociado a comunismo y a su vez comunismo es un término atacado día y noche por casi toda la prensa radio y televisión capitalista.
De manera que, puesto que la cosa concreta que para Chávez es socialismo, luego el concepto teórico de lo que definimos como socialismo -bolivariano en este caso- debe cambiar, en consecuencia.
Aplicar el mismo concepto a realidades de la misma naturaleza política pero individualmente diferentes en su esencia, es erróneo; endosarle errores del llamado “socialismo real” al socialismo bolivariano es ignorar la verdad.
La evolución del pensamiento popular lleva de modo implícito la capacidad de identificar apropiadamente el concepto con la realidad; el socialismo es justicia social, es solidaridad con todos sin excepción pero básicamente con los más necesitados.
Debemos admitir que la idea clásica de lo que era socialismo debe pasar a retiro no sin antes ser debatida, esa idea conceptual jugó un descollante papel en el desarrollo de la política mundial especialmente a partir de la postguerra de 1914 pero hoy, a partir de Hugo Chávez, debe reformatearse ese concepto y su objeto de ser, se trata de un socialismo de avanzada y que el Comandante Hugo Chávez definió como bolivariano y del Siglo XXI.
Chávez propuso entrar a un estado superior de unificación de las fuerzas revolucionarias para potenciar la capacidad de superar las contradicciones propias del batallar político, en vista de que el destino de una sociedad socialista plantea dificultades cruciales y, en ese planteamiento reside más de una clave para avanzar.
Chávez hizo del combate a la pobreza del pueblo, el centro de su agenda de trabajo, propuso demoler las viejas ideas y las viejas prácticas pero, el que se pica es porque ají come, así que el alto clero en pleno encabezó la acción golpista que lo derribó en abril de 2002.
Las viejas ideas a las que Chávez aludía entonces, se referían a lo que el hombre piensa acerca de la verdad y las relaciones entre las teorías y las prácticas respecto a la sociedad y la naturaleza, no a otra cosa, pero el alto clero se la tomó para sí y dispuso dar el golpe en conchupancia con lo peor de las huestes imperiales norteamericanas.
La visión que del mundo futuro tuvo Chávez, es harto conocida pero valga recordar que la integración de todos los pueblos latinoamericanos jugó un papel de primerísimo orden; Chávez visualizó prospectivamente el porvenir de no sólo Venezuela sino de toda la América del Sur, de ahí la ALBA, la CELAC, UNASUR y demás organismos de cooperación multilateral y en todo momento trató de eludir planificar en función de modelos burocráticos, eso era Chávez y eso seguirá siendo Chávez para nosotros pero, ahora, con una potencia mayor.
Ahora bien, el club de imperios de Europa, incluso El Vaticano, de conjunto con el imperio norteamericano, optaron por un gendarme alias “Francisco” para que socave la memoria de Chávez y así poder abatir la insurgencia del socialismo bolivariano.
Vienen por Chávez que no obstante físicamente muerto, su legado histórico prendió en la conciencia de los pueblos suramericanos, ávidos de libertad y de justicia social, valga decir, ávidos de socialismo.
Pero, ya los enemigos no podrán contra Chávez ni le pondrán sus garras al petróleo de la Faja del Orinoco, porque este pueblo despertó de su letargo y gracias a Hugo Chávez Frías.
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