Urge politólogo light que asesore a Nicolás Maduro

Atención pueblo chavista:

Se hace de su conocimiento que por razones profundamente de estrategia política: nos vemos en la urgente necesidad de solicitar a concurso el mayor número posible de ideólogos que como politólogos nos puedan sacar las patas del barro por la inexperiencia que pueda asomar nuestro candidato Nicolás Maduro en la captación de votos sobre una tarima o en cualquier acto público y/o privado en que desgrane ideas que no estén a tono con el momento en que mantiene un “tit for tat” fortísimo con el candidato caprichosito de la burguesía.

Todo este enredo viene por motivos por demás nada atractivos en que Maduro ha implantado un baile nada divertido y, en el papel de muñeco no es gracioso y, además tiene un silbido que ensordece que, no suena bien. Por lo que decir aburrido encaja como dedo en el dedal y, por lo corto de la campaña electoral lanzamos un SOS de caída y mes limpia que nos actualice el teatro de operaciones políticas en que tampoco queremos a artistas disfrazados de chavistas que vengan a confundir el momento que no está como para reír con las caraotas rojas en la candela flotando sin atisbo cierto.

Pero, aunque, la presencia del politólogo requerido se hace urgente, también urgente es asomar con paciencia algunas cuestiones que debe mantener nuestro analista a considerar y que se debe respetar dentro de la poca conciencia para darnos cuenta en qué hemos metido y no debemos meter la pata y, que él nos ponga a flotar que no nos haga vulnerable a críticas agrias que nos carraspean el materno de las ideas que nos caen como reventones por todos los medios de comunicación y, es que si el elegido habla bilingüe quizás nos ayude a despejar los nubarrones de odios que vienen del otro lado de la contienda dentro de su pragmática revolucionaria, porque revolucionario ha de ser y, si es asiduo contertulio de Globovisión y Televen con algunas pasantías de inteligencia al descubierto en la radio y en VTV, son más que razones de peso que nos pondrán a valer en lo inmediato de seguro.

Tampoco el politólogo tiene porque ser un imán de atracción sin dirección, porque sería inoportuno para nuestra causa en que el líder no es líder como sí lo fue Chávez y, a lo mejor anda tras un fin que no es el fin deseado y, a lo mejor olvidó que es un obrero chofer de autobús sin librea que ve para adelante y para los lados y, no ve para atrás ni para arriba y, eso hay que llevarlo a buen término y consideración que encauce las corrientes desbordadas y no sopesan las cargas de la discriminación que hay que enderezar, ya que político que se respete tiene que coger consejos, aunque lo estén reventando de egoísmo encubierto.

Si por alguna razón el candidato a ocupar el puesto de orientador se descrema de lo light: no nos perjudica en nada esa etiqueta, pero eso sí, debe poseer dotes de tranquilidad esmerada que pacifique y, asiente el momento político y dé la efervescencia que nace de su gramática que envalentona y enraiza satisfactoriamente los desplazamientos de configuración que ha de dar en provecho de lo que de él se espera y que abra los pergaminos ocultos que esconden diferencias notables que no abultan en la diatriba diaria nada y, no está por demás decir, que el sueldo no tiene grandes atracciones por lo atorado del presupuesto partidista que está enredado como papagayo en un cable de corriente.

El dramatismo de nuestra causa amerita que el politólogo seleccionado: utilice su ciencia por nuestro bien y que no sea lo contrario ni en flema pasiva, ya que estamos en la recta final, aunque con algunos cuerpos de ventaja en las encuestas reales que hacen otros y que a bien nos empujan libremente hacia el 14-A en que Nicolás se quedará con la faja de la emoción que da la ayuda de un profesional que urga en la patología de la politología en favor nuestro y de la revolución que tiene sus principios afines como de seguro lo sabrá el politólogo que nos asista.

También deseamos con infinita suspicacia que se abstengan aquellos políticos que como politólogos anden orinando fuera del perol de la lógica de sumar y, que confunden sumar con restar y, el total se les pierde como parte de la sumatoria y, a veces nos meten unos párrafos superfluos que lo que provoca es ponerse a llorar por la lucidez de ideas y la forma de su redacción y poca fijación de reglas en los monosílabos y, para finalizar con una aclaratoria modesta, hemos de decir, que hemos abusado del “tit for tat” que otro politólogo rezagado nos lo plantó como “un toma y daca” que aceptamos a lo ciego y, han de creer que si no fuera por la buena voluntad de los politólogos acuciosos e inteligentes andaríamos en pañales podridos de tristeza bruta. 

estebanrrojas@gmail.com

 

 



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Esteban Rojas


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