Para algunos el legado de Chávez se esfumará rápidamente y quedará como un vago recuerdo que desaparecerá rápidamente vuelto polvo por el paso del tiempo. Ese es el deseo de algunos que quisieran ver enterrado bajo tierra no sólo el cuerpo físico de nuestro comandante, sino el proyecto político que pretendió poner en práctica en nuestra patria, internacionalizándolo en un proceso que recorre toda la América Latina.
Tal afirmación considera que el pensamiento de Hugo Chávez no logró penetrar las conciencias de los pueblos y sus éxitos políticos se basaron exclusivamente en una relación meramente utilitaria con el que les daba ciertas dádivas. Una relación de mero interés que no transmitió la semilla de los profundos valores que le inspiraban. Basado en ello, se piensa que al desaparecer físicamente este líder carismático, su legado se volatiliza y el pueblo se desconecta del proceso revolucionario que intentó desarrollar. El apoyo fundado en el mero interés, no implica un desarrollo de los principios y valores bolivarianos, nacionalistas y socialistas, por ende, ese liderazgo no se hereda y el pueblo no se sentiría vinculado con el sucesor, ni confiaría en el partido fundado por el comandante, ni en sus líderes. Según esto, todo el edificio construido se desmoronaría rápidamente como un castillo de naipes.
Pero los deseos de la élite económica nacional y transnacional, y de los actores políticos que le sirven, están muy alejados de la realidad. Su ceguera permanente ante las bondades de los sectores sociales excluidos y marginados de siempre, les impide palpar la inmensidad del mensaje transmitido por nuestro líder fundamental en su estadía en este mundo. Su percepción negativa, discriminadora y clasista de los valores y lealtades de nuestro pueblo les impide aproximarse siquiera a los verdaderos sentimientos y convicciones de esa gente y lo hondo que les llegó el mensaje de su líder invencible. Y aunque obviamente sentimos la necesidad de su presencia física y extrañamos la claridad, la honestidad y la rectitud de su diario e incansable accionar, nuestro noble pueblo va a demostrar con creces lo que la oligarquía no puede aceptar ni reconocer, y es que Chávez cumplió una valiosa labor en la que combinó su actuación política dejando una obra social de inconmensurables dimensiones, con una labor pedagógica constante, que queda plasmada en numerosas horas de programas, en sus memorables discursos, en las normas fundamentales, Constitución bolivariana y decretos leyes en las que dejó su sello imborrable.
Esa labor pedagógica se observa claramente en el discurso de sus compañeros de lucha, hijos del líder como Nicolás Maduro, a quien le correspondió la inmensa responsabilidad de asumir el rol del máximo conductor de este proceso. Así como en su amplio equipo de colaboradores permanentes en la ejecución de la obra revolucionaria, la cual no se ha detenido ni un segundo, ni ha titubeado, durante estos meses de incertidumbre. Se observa un proceso político que marcha con paso firme a pesar de la ausencia de su máximo líder.
Pero fundamentalmente la labor docente de Hugo Chávez se palpa en cada testimonio de ese pueblo noble y fiel, que refleja la lección aprendida, y la disposición de seguir, con firmeza y entrega, la lucha por llevar adelante este proceso social, económico y político que se puso en marcha en Venezuela. Los ciegos se empeñan en ver a nuestro pueblo como simples interesados, parásitos, insensibles ante todo el sacrificio y entrega de su comandante, pero este 14 de abril van a encontrarse con la gran verdad a la que tanto temen, cuando salga a demostrar con creces, lo que va a ser una constante a lo largo de los años venideros, y es que el camino abierto por Hugo Chávez va a proseguir victorioso, sustentado en esa lealtad indubitable de esas grandes mayorías que adquirieron plena conciencia y que no van a permitir ningún tipo de retroceso ni desvío. Y esa lealtad a su líder, es también lealtad al socialismo bolivariano, representado hoy por Nicolás Maduro y todo el equipo que le rodea, ligados indisolublemente a ese proyecto de patria, independiente, incluyente, solidaria. El pueblo venezolano, mayoritariamente, está claro que sólo los hijos de Chávez, encabezados por Maduro, mantendrán plenamente vigentes las líneas fundamentales del proyecto de inclusión social, de solidaridad, de independencia propulsado a lo largo de estos años. El petróleo como herramienta para la inclusión social sólo es concebible en un proyecto socialista. Los neoliberales aunque traten de disfrazarse de progresistas sólo seguirán siendo los defensores de la oligarquía nacional e internacional y le entregarían nuestro petróleo a los grandes intereses imperialistas y transnacionales.
Puede descansar tranquilo Comandante, este pueblo asimiló su lección y no permitirá que su patria caiga en manos de intereses foráneos. Este domingo de abril sellará su compromiso con la esperanza, con el futuro, con la justicia e igualdad. Y usted estará presente latiendo intensamente una vez más. Ese día luminoso escucharemos claramente su grito impetuoso: LOS QUE QUIERAN PATRIA, VENGAN CONMIGO.
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