Fue una contienda electoral dura, reñida, apretada, pero ganó Nicolás Maduro tal cual fue la última voluntad del Comandante Supremo, así no le guste a Henrique Capriles Radonski quien se niega a reconocer los resultados en la treta que tiene urdida la oposición para justificar la derrota.
Ahora lo primero que debe hacer Maduro es continuar con el Plan de la Patria y atacar esos problemas puntuales que provocan un gran descontento en la población, como el desabastecimiento de los alimentos básicos y los cortes eléctrico.
El Gobierno anuncia que no hay escasez, pero Maracaibo, por ejemplo, es una sola cola desde que amanece hasta que anochece. La gente madruga para velar un pollo, un paquete de harina precocida, un kilo de azúcar, una botella de aceite…Otro de los aspectos es que los precios están por las nubes. Y eso representa un duro golpe al bolsillo de la población.
No se deben seguir dando excusas. Ciertamente se sabe que los causantes de ese desabastecimiento y de la inflación son los conspiradores que siempre han querido dar al traste con la revolución…pero para eso somos gobierno, para enfrentarlos ¡¿o no?! Maduro debe entonces meter en cintura a los desadaptados que juegan al caos en el país a como de lugar.
El hijo de Chávez se caracterizó en su campaña por ser el candidato del amor y de la paz, pero el amor y la paz significan respeto. Hay que aplicar todo el rigor de la ley a los acaparadores y “hambreadores” del pueblo, así como a los que se la pasan bajando los suiches de la electricidad para dejar a la población sin luz.
Sabemos que no es fácil. La conspiración de los opositores nacionales liderados por el imperio norteamericano continuará. Ya comenzaron a redoblar la estrategia que tramaron en la campaña, para intentar acabar con el proceso revolucionario diciendo que el Consejo Nacional Electoral hizo trampa.
Por eso, repito, hay que enfrentarlos y empezar por dominar esas mafias que le quitan la comida al pueblo y le roban la plata vendiéndoles caros los productos de la cesta básica; Maduro debe igualmente combatir a los infiltrados que se encuentran en las instituciones del Estado saboteando la revolución y nunca ha ocurrido nada...
Y Capriles y su combo que se vayan a comer “suaparas” o empanadas con la carne por fuera; si quiere que se entretenga viendo el país desde el telescopio de un submarino, que para eso quedará, porque la realidad –diga lo que diga, reconozca o no lo resultados- es que el pueblo le ha clavado dos derrotas por el pecho intentando ser Presidente de la República.
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