Astrolabio

La otra visión del 14-A

Para hacer una lectura crítica del 14 de abril, es necesario derrumbar dos mitos: el primero que nuestra gente se achinchorra y no sale a votar, y que el 54% del padrón electoral le pertenece a las fuerzas de la revolución.

Revisando los números se concluye que la maquinaria respondió ante la magnitud del compromiso histórico. El 7 de octubre el gigante logró convocar al 80,48% del censo electoral, incluyendo 5% del sector de los llamados abstencionistas crónicos que asciende al 25% de la matricula electoral.

El 14-A la participación fue por el orden del 79,78% del registro de votantes. Los votos captados por el nuevo Carmona, 615 626 corresponden a un sector que fluctúa en cada proceso, en su mayoría gente de la clase media y, abstencionistas crónicos que fueron convencidos por la genialidad, el carisma, la inteligencia y el liderazgo del comandante, sólo él lograba atraerlos como un imán que se coloca entre un montón de tachuelas.

Lo interesante es precisar que esas personas que se inclinaron por los opositores, no fueron convencidos por un liderazgo, ni lo hicieron por odio contra la revolución. En gran medida el incremento de la derecha se debe a la guerra económica que se libra contra el gobierno bolivariano, las operaciones de propaganda negra, el sabotaje eléctrico, y el costo del ajuste cambiario. Existe la tendencia natural de muchos electores a votar de acuerdo a la situación económica, y sobre todo a su poder adquisitivo.

Al igual que en la reforma constitucional la mayoría de esos votos se ubican en las ciudades urbanas, donde la escasez inducida jugó un papel fundamental los últimos días de la campaña.

Caso especial merece la situación de Anzoátegui, donde los gerentes, y el personal de auto mercados, hacían propaganda en las largas para comprar productos, escogían los lugares más céntricos y solo empezaban la distribución cuando la cola era bastante larga como para causar un shock político a los transeúntes y a los compradores. Las farmacias y comercios distribuyeron durante la última semana, un panfleto llamando a votar por la oposición para acabar con el desabastecimiento. El día 14 un periódico con un 70% de lectores y un tiraje de 100 mil ejemplares reprodujo en su portada los mismos argumentos del panfleto negro.

A pesar del esfuerzo y el reconocimiento a nuestra movilización, es imprescindible tomar algunos correctivos a nivel general, por ejemplo es necesario fortalecer las direcciones municipales de las ciudades urbanas con militantes más eficaces, con más calidad revolucionaria, y sobre todo con capacidad de pensamiento estratégico que puedan aportar propuestas creativas para visualizar la marcha de la revolución en las regiones.

El nivel de las discusiones políticas en las regiones debe elevarse, y sustituirse los métodos del chismorreo y las prácticas de comadronas, contra los camaradas más talentosos de parte de aquellas almas míseras que rondan a las puertas del infierno, sin méritos siquiera para entrar.

El INDEPABIS regional y los municipales deben ser fortalecidos para que puedan hacer una labor más eficaz contra el desabastecimiento. Es importante comenzar la aplicación de la ley de Costos y precios Justos, volver a las normas del etiquetado del PVP.

Sobre la posibilidad innegable de que sectores de los estratos humildes estén votando contra la revolución, hay que recordar que la lucha política no siempre se libra en el espacio de las conquistas sociales y las mejoras materiales, sino que tienen un alto componente ideológico y se mueven en los espacios de la superestructura de una sociedad.

Esta lucha plantea retomar la batalla de ideas, para lo cual necesitamos los mejores cuadros políticos, y un partido en constante movimiento y vinculación con el pueblo como en la parábola bíblica de los caminantes de Emaús.

figuera-prensa@hotmail.com



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Luis Figuera


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