Venezuela se convertirá en el próximo grande cliente de la industria de la guerra

Me da mucha tristeza escribir esto. Los seguidores de Capriles Radonski no entienden. Están poniendo en gran, pero gran riesgo las vidas y el bienestar de todos los venezolanos y las venezolanas, incluso la de ellos mismos. Los que voy a decir aquí, por favor tómenlo en serio, es un asunto de vida o muerte. Yo lo viví, lo vi, lo toqué, lo olí, lo sentí hasta el fin fondo de mi alma, y hasta hoy en día vivo con tremendas pesadillas y dolor del alma, algo que espero nadie tenga que vivir, pero, estamos todos hoy muy cerca de vivirlo, y eso me duele, pero mucho.

Ojala lean este artículo, y que lo tomen en serio.

Lo que les voy a contar, aunque me duela mucho recordarlo, tiene que ver con cómo se montan guerras, por qué, y las devastadoras consecuencias.

Existe algo que se llama la industria de la guerra, una industria multibillonaria al nivel mundial, pero controlada principalmente por EEUU, Israel y los países de la OTAN. Incluye los fabricantes de armas, como Boeing, BAE, General Dynamics, Lockheed Martin, Northrop, y Raytheon, entre otros, la venta de armas legal e ilegal, la distribución de aquellas, empresas gigantismas de reconstrucción, como Haliburton y SNC Lavalin, bancos, como el FMI y el Banco Mundial (y otros), la industria (sí, industria) del mercado negro de reliquias arqueológicas, líneas aéreas piratas, empresas de electricidad y de telecomunicaciones, empresas de seguros, empresas de petróleo, y otras, que tienen todo que perder si no existiera la guerra.

El conjunto de todas esas empresas, y particularmente en Norte América, Europa, e Israel representan un porcentaje muy, pero muy importante de la economía de esos paises. Es muy difícil obtener alguna cifra real, pero después de más de 10 años de investigación, me atrevería a decir que este conjunto de empresas representan alrededor de 20 a 30% de las economías de aquellos países. Para corroborar lo que digo aquí, hace unos meses atrás, el jefe de la Unión Europea (UE) dijo que es imperativo aumentar de manera importante la producción de armas en los países de la UE para que la economía no se caiga al piso. Pueden encontrar lo que dijo este señor en el internet.

Ahora, imagínense si de repente nos encontramos en un mundo de paz.

¿Qué ocurriría? Es absolutamente seguro que las economías de EEUU, Canadá, Europa e Israel, serian destrozadas, y estos países se encontrarían en un total caos social, en anarquía, y en guerras civiles. Esto no es fantasía, es una realidad. Supongamos que decimos, “Pero se podría usar esa tecnología de guerra para otras cosas, para fabricar bienes que no tienen relación con la guerra, ¿verdad? y así mantener estable esas economías.”

Idealmente, sí, pero la realidad es otra.

Lo que ocurre, y mucha gente no sabe de esto, es que existe algo que se llama propiedad intelectual, y es propiedad intelectual se usa por los fabricantes de armas, y por los gobiernos, como garantías para obtener financiamiento para continuar sus operaciones. Es decir, si yo tengo una patente para algún sistema o sub sistema relacionado con por ejemplo, misiles, pudiera ser que ese papelito valga 100 millones de dólares. Algunas patentes para sistemas o equipos de guerra son de conocimiento público, vistos, por ejemplo, en el USPTO, pero su valor monetario puede mantenerse muy alto durante el tiempo vigente de la patente. Pero, gran parte de las patentes relacionadas con armamentos, son secretos, y eso por orden dictatorial de los gobiernos en cuestión (lean sobre las leyes de patentes, por ejemplo en el sitio del WIPO), y todas estas patentes valen una fortuna multibillonaria. El día que no exista la guerra, estas patentes valdrán cero, nada. ¿Quién es capaz de decir, “estoy dispuesto a perder todo lo que tengo, en cambio por la paz”? Nadie. En general, nadie vende su casa y su carro para ayudar a los pobres.

Entonces, el argumento de que es posible tener un mundo en paz, no es válido, por lo menos no en nuestro presente, y en este mundo capitalista. Esto lleva a la conclusión de que las guerras tienen que continuar, y tienen que ir en aumento, para salvar las economías de esos países que están casi en quiebra. Esto implica, aumentar las ventas de armamento, y su distribución, lo que implica vender estas armas legalmente o ilegalmente, pero a países fuera de Canadá, EEUU, Israel y Europa. ¿Cuáles son estos países? En los últimos años han sido principalmente los países del medio oriente, como Iraq, Siria, Yemen, Jordania, Bahréin, Arabia Saudita, Turquía, y hace alrededor de un año, algunos países de África, como Mali, Libia, y Egipto, pero la industria de las armas no puede detenerse, tiene que expansionarse, ya, antes que sus economías caigan al suelo.

Ahora, ¿Cómo hace la industria de la guerra para asegurarse que siempre tenga un mercado? Esta es la más importante y peligros pregunta que todo venezolano y venezolana debería tomar en cuenta, ya!!! No mañana, no en un año, ya!!!

No importa si alguien sea chavista u opositor.

Si un pueblo, digamos, un país, vive en paz, donde todos los ciudadanos se respetan, donde no se caen a golpes, donde un grupo no odia a otro grupo, en ese país no se necesita comprar armas. Pero si en algún país existe dos grandes grupos que se odian, o uno odia al otro, y uno quiere caerle a golpes al otro, allí existe un mercado para la venta de armas, y es allí cuando la industria de la guerra aprovecha. Hay mucha gente que no sabe que la misma empresa de fabricación de armas les vende armas a ambos grupos, ¿ven como funciona el asunto? No les importa a quien les venden las armas, lo que les importa es aumentar sus ventas, para aumentar sus ganancias. Es la única cosa que les importa, son empresas fabricadoras, con empleados, con bienes inmobiliarios, con deudas y obligaciones, tienen que sobrevivir, como cualquier otra empresa que fabrique cualquier otro producto.

Ahora, aquí viene el colmo del asunto.

En cualquier sociedad, la población normalmente no se encuentra en conflicto interno sin que haya alguna provocación, es decir, normalmente un pueblo, viviendo bajo un sistema social, se integra al sistema, y la gente convive junta bajo ese mismo sistema social, se adaptan, y se asimilan a ese sistema. Un buen ejemplo es EEUU, donde en todo el país, todos piensan igual, actúan igual, aun cuando tengan ciertas diferencias de una región a otra. Esto ocurre, por ejemplo, cuando los diferentes partidos políticos que llegan al poder, no son en realidad diferente en su ideología. Ejemplo, en EEUU, los partidos Demócratas y Republicanos, y en Venezuela, AD y Copei.

Aquí en Venezuela, durante décadas, antes y durante la época AD/Copei, toda lo población vivía en “paz” porque todos vivían bajo un mismo sistema de sociedad: el pobre vivía en barrios y servía como obrero a las clases media y altas, y las clases medias vivían en urbanizaciones detrás de rejas, y hacían el trabajo “inteligente y educado” del país, y eso era “normal,” entonces nadie, ni el rico/clase media, ni el pobre se quejaba. Una obvia división existía entre pobre y rico/clase media pero esa división era considerada “normal” - hasta 1989, cuando el pobre ya no soportaba más el hambre, ni la gran injusticia y abuso de ese sistema de sociedad.

(Nota: Es extremadamente difícil para alguien de la clase media entender como es de ser pobre, el levantarse a las 4 AM, salir a trabajar todo el día en el sol, volver al rancho sin agua o luz a las 9PM, y repetir esto 6 días la semana.)

Entonces, llegó Chávez, hablando la verdad, esa verdad que a algunos les duele, y empezó a sacar al Pueblo de la pobreza, pero los que nunca fueron pobre, es decir, los que no entienden lo que es la pobreza, empezaron a odiar a Chávez, porque en sus ojos Chávez empezó a crear una división en la sociedad, entre los pobres y las clases media y media alta, esa división que por supuesto ya existía desde siempre, pero que siempre fue negada. Es allí que los politiqueros de la derecha aprovecharon, sabiendo que las clases media y media alta no podían entender la pobreza. Utilizaron este síndrome de malestar y odio para manipular la realidad a favor de sus propios intereses oligárquicos al inflamar esos sentimientos. Empezaron a utilizar a las clases media y media altas como carne de cañón, y de allí surgió el tema político de la división en la sociedad, el cual se usa hasta hoy en día para agitar a los seguidores de la oposición.

Ahora, en 2008 y 2009, las economías de EEUU y Europa empezaron a tener graves problemas, y es entonces que la industria de la guerra tuvo que empezar a buscar clientes, para asegurar que sus economías no caigan al piso. Para hacer esto, empezaron a crear ONGs en Libia para promover “la democracia y la libertad,” las cuales calificaban a Gadafi de dictador. Este mensaje propagandístico fue distribuido en masa por las ONGs a la clase media y media alta de Libia durante algunos unos años, lo que resultó en una importante ampliación en el nivel de odio hacia Gadafi, y hacia los pobres y Negros, hasta que al fin esta gente full de odio, decidieron que había que deshacerse de Gadafi para “salvar su patria.” En Marzo del 2011, la industria de la guerra invadió Libia y destrozaron al país, matando a miles de inocentes, entre ellos gente de la clase media también.

Así funciona la industria de la guerra. Esto no es fantasía, es una gran verdad. La clase media deliberadamente envenenada de Libia no se dio cuenta que la industria de la guerra los estaban utilizando como carne de cañón, y es exactamente lo que está ocurriendo hoy en Venezuela.

Lo que escribí arriba, lo digo con certeza, porque durante 6 años, trabajé con las líneas aéreas piratas, transportando, entre otro, mercenarios, asesinos, la Mossad, y la CIA, precisamente para hacer el trabajo preparatorio anteguerra, es decir, asesinatos selectivos, sabotaje de infraestructura, quemar edificios, explosiones, etc., con fin de sembrar miedo y zozobra en ambos lados. También transportábamos soldados, pero solamente después que el conflicto interno (la división en la sociedad creada intencionalmente por la industria de la guerra) ya se había desarrollado lo suficiente para llevar a cabo un golpe de estado, o invadir el país. En el caso mío, viví dos golpes de estado en Haití, uno en El Sudan, y la primera guerra del golfo (1991-1992), es decir, la invasión estadounidense de Basra en Iraq.

Antes de terminar quiero contarles una historia. Durante los 2 o 3 años antes de la última invasión de Iraq (2003), las ONGs de la industria de la guerra pudieron convencer a gran parte de la clases media y media alta en Iraq, de que todas las mentiras que les contaban en contra de Saddam Hussein eran verdad, y durante esos años alrededor de 1 millón de familias pudientes (si bien me recuerdo), por el miedo y odio que la propaganda había sembrado, se fueron del país, esperando que algún día regresarían, pero la gran mayoría nunca pudo regresar y perdieron todas sus propiedades en Iraq. Mientras, otras familias no pobres, más que nada, de la clase media, que no tenía los suficientes recursos para irse del país, se quedaron en Iraq, sufriendo día tras día, hasta hoy en día, los bombardeos y las grandes maldades de la industria de la guerra. Casi nadie sabe que esa clase media que se quedó en Iraq, la cual en su gran mayoría odiaba a Saddam Hussein, y lo querían ver muerto y su “régimen” por fuera, se arrepintieron. Es algo muy triste. Solamente después de los hechos, se dieron cuenta de la verdad, y ahora viven en un país destrozado, sin empleo, sin dinero, sin servicios públicos, con el precio de la gasolina más de 50 veces lo que pagaban antes, sin nada de lo que tenían antes, bajo el “dictador.” Fueron utilizados como carne de cañón, vi varias entrevistas en este aspecto.

Es una gran tristeza para mí ver como la gente se deja utilizar de esta manera, porque yo lo viví, y nuca pude convencer a nadie de esa clase media, full de odio, de lo que les estaba pasando. Yo sabía, porque yo estaba involucrado en el pre logístico de guerra, y sabia lo que les iba a ocurrir. Además, y esto es muy triste, miles de personas, niños y ancianos, inocentes todos, de la clase media en Iraq, quienes querían que vengan los gringos a “salvarlos” del “régimen,” murieron bajo las mismas bombas y balas de sus “salvadores.” ¿No ven? A la industria de la guerra no les importa quién muere, no toman lados, nunca, solo quieren vender armas a cualquiera que las necesite, y son ellos mismos que crean esa necesidad.

Cada vez que hacen esto, tienen cómplices dentro del país en cuestión, para aumentar el sentido de división, odio y zozobra, pero esos cómplices no saben para quienes trabajan, y no les interesa. La única cosa que les interesa es el dinero, y son muy bien pagados para seguir las instrucciones de la industria de la guerra.

Aquí en Venezuela hoy, estos cómplices son principalmente: Capriles Radonski, María Corina Machado (ONG Súmate), y Julio Borges (Primero Justicia, empezó como ONG, y también fue financiado por la NED). En el 2001 y 2002, eran: Carlos Fernández (Fedecamaras, financiado por la NED), Carlos Ortega (CTV, financiado por la NED), y Juan Fernández (ONG Gente de Petróleo).

Ahora, lo que más me dolor es que la gente de la oposición aquí en Venezuela, así como en Iraq, Libia, y ahora Siria, no se da cuenta que las ONGs, como Súmate, y grupos políticos opositores, muchos que también empezaron como ONGs, trabajan directamente o indirectamente para la industria de la guerra. No trabajan por sus intereses, trabajan por dinero, solamente por dinero, y ese dinero sucio viene de la industria de la guerra. Es muy triste.

Si uno analiza lo que está ocurriendo en Venezuela hoy, se pudiera concluir que: si en Venezuela el odio generado por la oposición, y si la zozobra, y la violencia sigue como sigue, Venezuela se convertirá en el próximo grande cliente de la industria de la guerra.


oscarheck111@yahoo.com


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Oscar Heck

De padre canadiense francés y madre indígena, llegó por primera vez a Venezuela en los años 1970, donde trabajó como misionero en algunos barrios de Caracas y Barlovento. Fue colaborador y corresponsal en inglés de Vheadline.com del 2002 al 2011, y ha sido colaborador regular de Aporrea desde el 2011. Se dedica principalmente a investigar y exponer verdades, o lo que sea lo más cercano posible a la verdad, cumpliendo así su deber Revolucionario ya que está convencido que toda Revolución humanista debe siempre basarse en verdades, y no en mentiras.

 oscar@oscarheck.com

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