¡Qué tal, camarada! Poco a poco acostumbrándonos a un nuevo gobierno revolucionario, menos mal que con la fuerza que transmite la energía latente, en vida y en espíritu, del gran Líder-Comandante.
Y con todo organizado, planificado, programado minuciosamente, con el alma y en función del pueblo, de nuestra Patria soberana y de la gran República de naciones.
En reiteradas oportunidades, en reuniones personales, con trabajadores y en estas páginas, manifesté la mayor confianza en el nuevo Presidente Nicolás Maduro y solo y especialmente por la designación, clara y vehemente, que le hiciera Chávez.
De las grandes fallas que hemos venido transitando la más perjudicial ha sido el “no empoderar al pueblo” y es una falla de gobiernos locales y estadales, y del nacional por no exigirle cumplimiento a los anteriores.
Por supuesto que le cae gran peso de responsabilidad a las “dirigencias” del PSUV.
Y de las más complejas, por la no formación de cuadros con firmes valores, doctrinariamente regidos, son el de la ineficiencia y la corrupción, ambos por venirlo arrastrando desde la IV, y que, sin justificación, no les hemos metido el pecho.
Este será el artículo más corto que he escrito, y se refiere a la disposición que tenemos (tengo), así como muchos revolucionarios decentes, de ofrecernos para formar parte de “las brigadas anti ineficiencia y anti corrupción”
El grito: ¡a la orden, Presidente revolucionario, Maduro Moros!
¡Patria, Socialismo o muerte! ¡Venceremos!
edopasev@hotmail.com