El movimiento opositor venezolano viene promoviendo la desconfianza en sus electores, porque solo una voz viene afrontando e instrumentando argumentos sobre las recientes elecciones presidenciales, donde resultó ganador el candidato por el PSUV, Nicolás Maduro. Los partidos políticos se han minimizado y se mantienen en una crisis del voto, con pérdida de peso y donde los líderes solo reflejan viejos estereotipos aplicados en el pasado. El asunto, es que existe una realidad inmutable en las comunidades y la instrumentación de un legado político que busca promover confianza, afianzado en los discursos del Comandante Hugo Chávez Frías.
En nuestro país- Venezuela- se vive una etapa de transición política, con una Asamblea Nacional que refleja un blindaje de competencia jurídica por un lado. Hacia el otro, se muestra un rostro de conspiración constante, bajo un silencio mediático que determina una posición de ganar prestigio en el exterior y dar continuidad a una extenuante lucha por el control del poder, sin valorar la opinión pública que desea asirse a un ejercicio democrático de Paz y Libertad. Son tiempos azarosos de manera global, donde juega importante papel las relaciones internacionales, la propuesta nuestra es ir a una Reforma para lograr una verdadera competencia del Estado Venezolano.
Hay que acabar con la pasividad política, debemos constituirnos en actores políticos de la nueva realidad para lograr serenidad, equilibrio y continuidad, más allá de la lucha partidista, buscamos resolver la coyuntura actual y dinamizar el historial patrio. Las instituciones, deben despojarse de su pesada armadura para fundamentar al gobierno de calle y darle al Parlamento una fuerza jurídica efectiva para el ejercicio del poder administrativo.
La tendencia ideológica debe ser proactiva y tener buenas relaciones con los países del mundo, acoplarnos a un nuevo modelo de desarrollo y alejarnos de la manipulación económica, la idea es tener una constante estimulación política con las comunidades.
El sistema democrático, tiene sus reglas de juego y deben respetarse los criterios para dar un veredicto inclusivo. Vamos hacia un camino de Paz, sin confusiones y con un presidente poseedor de un legado político. Hay una semilla sembrada en tierra fértil, queremos verla crecer con firmeza, de una manera digna y con un verdadero debate de ideas. Esto, es una demostración articulada del sentimiento popular.
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