Entiendo al Ministro Molina

El relación al llamado “escándalo” que horroriza a la oposición, así catalogado por el pequeño grupo de dirigentes que lid erizan y conducen las opiniones de una gran parte de los venezolanos, quisiera por este medio manifestar mi reflexión.

En el lugar del Ministro Molina yo haría y diría lo mismo. Tal vez por ser una figura pública el sentido común donde a veces se disfraza la hipocresía, aconsejaría actuar más discretamente. Pero la esencia del chavismo se nota: la honestidad cueste lo que cueste, el no esconder nada, la lealtad, a pesar de la conveniencia.

Lo entiendo en analogía de lo que sucedió en PDVSA cuando un numeroso grupo de funcionarios de alto nivel o no, se auto-despidieron de su trabajo, en el paro petrolero, depurando de esta forma la nómina de nuestra primera y más importante industria.

La famosa lista del Diputado Luis Tascón sirvió luego de guía y orientación para detectar al enemigo, y los llamo anónimamente “enemigo” porque la dura realidad es que estamos en guerra.

Estamos en guerra cuando esos funcionarios de la vieja PDVSA sabotearon sin compasión las instalaciones de la empresa. Es guerra cuando la información clave, el corazón de la industria, fue entregado a potencias extranjeras convirtiendo la principal entrada de ingresos a Venezuela, en una situación de extrema vulnerabilidad; es guerra cuando por un obcecado y absurdo paro dejaron a la población venezolana sin gasolina, sin gas, y al país con una grave pérdida en la economía como nunca antes habíamos vivido. En ese momento histórico la responsabilidad fue de empleados opositores al gobierno bolivariano. Y hay que pagar las consecuencias de esos actos.

¿Cómo no protegerse de que se repita algo así? Lamentablemente para ellos y afortunadamente para nosotros, esos opositores mostraron su verdadero rostro, dejaron una historia, una enseñanza que supo muy bien aprender nuestro Presidente Chávez, y además transmitir a sus discípulos.

Sin ir tan lejos, o tan certeramente como es la historia reciente de nuestra nueva PDVSA, igual reflexión la aplico a mi entorno íntimo, doméstico: mi casa. ¿Cómo darle trabajo a una empleada cuyos sentimientos hacia mi familia sean de odio? ¿Cómo encargarle a ella la preparación de los alimentos de mis hijos, la atención de mi hogar? Igualmente se extrapola la pregunta en cualquier negocio, pequeña empresa. Ese sentimiento malsano existe en la oposición, es evidente a todos. Sentimientos en personas que se sienten frustradas, desesperanzadas y que sin mucho o alguno raciocino ¿se dejan llevar por tales dirigentes? “Descarga tu arrechera en las ollas”, le ordenan. Y así lo hicieron con furia y alevosía, en mi caso, prácticamente en la puerta de mi casa.

Pero esos cacerolazos de ayer pueden, sin la menor duda, estar transformándose en documentos importantes que se extravían, como mínimo que se engavetan, en tramitaciones retrasadas, como lo efectos más suave que podamos imaginar. Precisamente en este Ministerio que está dando un salto cuántico para la resolución del problema estructural que existe en Venezuela como es el grave déficit de viviendas. Y con la ayuda de la nueva PDVSA.

El Ministerio de la Vivienda y Habitat, dirigido por el Ministro Ricardo Molina, justamente por estar desarrollando una labor titánica, de extrema urgencia y necesidad, no puede poner en riesgo sus propósitos, expuestos a la amenaza latente y ya hasta evidente, de funcionarios que odian y adversan a la revolución como concepto teórico, y no se percatan, en su gran obnubilación, que impiden y luchan contra el bienestar de esa población necesitada de techo y paredes. Necesitada de una vivienda donde su núcleo familiar pueda florecer, sin hacinamiento, sin pobreza. Todo esto es condición sine qua non para sentar las mínimas condiciones de bienestar que puedan conducir a esos hijos de la patria a convertirse en venezolanos de bien, responsables, trabajadores. En fin, ciudadanos felices que disminuyan los elevados índices de las consecuencias de la miseria: desnutrición, embarazo precoz, paternidad irresponsable, delincuencia. ¡Adelante Ministro!


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Flavia Riggione

Profesora e investigadora (J) Titular de la UCV.

 flaviariggione@hotmail.com

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