Pildoritas 83 (año VI)

Resolvamos o que el diablo se lleve este país para donde quiera

Ha quedado claro que el golpe en desarrollo, otro intento de la derecha universal, configurada aquí por asesinos, que como hace once años mostraron sus garras, va por el desprestigio del gobierno a través de crear un clima que coloque la economía como si fuese por un despeñadero, sin que nada ni nadie pueda pararla.

Los resultados de las acciones son el acaparamiento o la reducción de la producción y como consecuencia de éstos, el desabastecimiento y el aumento desmesurado de los precios de los artículos de primera necesidad, a sabiendas de que lo que más enoja, por no decir otra cosa, a cualquier persona, es encima de que no consigue los alimentos de manera expedita y en abundancia, cuando los encuentra son racionados y a precios inaccesibles para la mayoría de los venezolanos.

A ello se suman estrategias comunicacionales de la prensa privada, publicando imágenes como las de Lara en donde aparecen colas kilométricas de gente para comprar por ejemplo harina pan, o en las que se muestran cientos de personas con un número pintado en su brazo que corresponde a su turno para acceder al supermercado y adquirir los alimentos, por supuesto racionados, o cuando se consigue por ejemplo una cantidad limitada de aceite, pero todo de soya, lo que hace reaccionar a la gente, diciendo que los desgraciados chavistas nos quieren obligar a comprar sólo lo que a ellos les da la gana, o cuando vemos al Vicepresidente visitando la planta de Lácteos Los Andes, y mostrando productos que por lo menos en los anaqueles de los auto mercados del Táchira no aparecen ni para un remedio.

Toda la culpa, por supuesto, la carga el gobierno y hasta cierto punto se lo merece, porque no se ha actuado con mano dura, para desmontar las mafias que dominan la producción, distribución y comercialización de los productos de primera necesidad que son elaborados en plantas propiedad de empresarios enemigos declarados del gobierno, o importados por empresas que hacen de todo para buscar la manera de ganarle, a cada producto importado el porcentaje más alto que puedan o distorsionar el mercado de los rubros importados, para apuñalear el prestigio de la Revolución y por esa vía lograr las condiciones para que el pueblo salga a la calle y se convierta en tierra fértil para la siembra de la violencia.

Por otro lado, habiendo medidas que se pueden tomar no se toman, o pareciera que se deja que el agua corra, pensando que con Mercal y Pedeval se resuelven las cosas, cuando, si a ver vamos, esos establecimiento apenas cubren un porcentaje pequeño de la población que es el que tiene tiempo y carece de recursos que le permiten y a la vez le obligan a hacer una cola de horas como las de Mercal.

Hay importadores, por ejemplo los comerciantes chinos que abundan; quizá no hay capital de estado en donde no haya un número alto de establecimientos regentados por ellos, donde se expenden una enorme cantidad de artículos innecesarios para la vida de una familia, por ejemplo en ellos uno encuentra pasillos llenos hasta el techo de artículos de plástico como, animales, de todo tipo, carros, muñecos, pistolas, pelotas, plumas de aves, etc., etc., propias de piñaterías, cachivaches que por cierto se apresuraron a remarcar cuando el decreto de devaluación.

¿Por qué el gobierno entrega a estos señores dólares para importar cosas como ésas y muchas más cuando podía destinar esas divisas para importar alimentos incluso de gobierno a gobierno?

Y ¿será que a quienes reciben licencias de importación para alimentos se les hace un riguroso seguimiento para que se sometan a las disposiciones legales y dichos artículos lleguen a precios accesibles al consumidor final?

Yo pienso que el gobierno bien podría a través de una estructura bien montada con expertos, reservarse así sea temporalmente, la importación de rubros como los alimentarios que aquí no se produzcan en cantidad suficiente, pero además repuestos de todo tipo, medicamentos y otros insumos que de plano le pongan un freno a los piratas de la importación, que los hay como zamuros y que bien sabemos lo que se cocina en ese campo, cuando se paga lo que sea para lograr la licencia, a sabiendas de que las ganancia son tan sustanciosas que no importa a cuántos haya que mojarles la mano, para la firma y el sello y después que se jodan los consumidores que son quienes terminamos pagando y financiando la ratería de ese tipo de delincuentes, que se adscriben en los llamados de cuello blanco y que mantienen unas organizaciones casi que inexpugnables por años, logradas a base de dinero..

Uno no entiende por ejemplo como un kilogramo del pescado llamado bagre, uno de los más económicos está costando 150 bolívares, cuando hace apenas semanas costaba 80, como si a quienes lo pescan les cobrasen por hacerlo, o fuese importado.

Así sucede con todo, sin que haya control, es la ley de la selva trasladada a la comercialización de lo que sea, e INDEPABIS, muy bien gracias, se llama y nunca contestan, se va a la delegación regional, y para hablar con el director hay que esperar horas, son organismos de control a los que habría que colocarles literalmente una bomba que comience por poner en ellos gente probadamente idónea y libre de sospechas de deshonestidad, que promueva iniciativas de control, como la de reunir a los expendedores de alimentos por sectores y darles un ultimátum para que respeten las normas y para que hablen de las razones por las cuales desparecen los productos de los anaqueles de sus negocios, mientras que se pueden conseguir en abundancia y a precios escandalosos, en manos de buhoneros o en las vecinas ciudades fronterizas.

El llamado que hizo el Presidente Maduro a una de las cabezas vivibles de la Oligarquía e integrante del cártel alimentario, que se pone de acuerdo con sus colegas para cumplir con las estrategia que busca torcerle el cuello al Proceso, por la vía de la guerra alimentaria, debe resolver el problema y debe dejar claro, cómo es que por ejemplo la cerveza que las empresas Polar producen, nunca falta e inunda hasta las ventas clandestinas, pero los alimentos que esa misma empresa produce de la noche a la mañana desaparecen como por arte de magia de todos los anaqueles.

Lo cierto es que el problema se resuelve sí o sí; el Comandante Supremo dejó la fórmula para hacerlo, sin temor, seguros de que cualquier medida que se tome para desmontar la patraña golpista de nuevo cuño por la vía de atacar el estómago de la población, va a ser apoyada por las grandes mayorías, para ello estamos organizados, tenemos una Fuerza Armada consciente y cuyas familias también comen y unas instituciones dispuestas a respaldar las medidas con la fuerza de las Leyes.

Si no mejor botemos el balón de estadio y vámonos para nuestras casas y que el diablo se lleve este país para donde quiera.-

saulmolina2006@gmail.com

 



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Saúl Molina Z


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