En el caso de los Estados Unidos, la respuesta a la pregunta del titular es un absoluto NO. Ignoramos qué tipo de circunstancias puedan haber privado para que el Estado no haya respondido con inmediatez ante una tragedia humana de magnitudes inconmensurables y absolutamente previsibles. En estas épocas es usual la formación huracanes en el atlántico que se dirigen hacia el Caribe, golpeando a las antillas, las grandes islas del caribeñas, Centroamérica y territorios del sur de los Estados Unidos. En el año 1900 un huracán semejante hizo estragos en las mismas regiones afectadas por Katrina. Es decir, existían precedentes. Por supuesto que dado el daño que los seres humanos, fundamentalmente en los países industrializados, le estamos generando al Planeta, a sus ecosistemas, a su atmósfera, se están produciendo toda una serie de transformaciones climáticas que provocan que los fenómenos atmosféricos aumenten en cuanto a su frecuencia e intensidad.
Desde 2001 importantes científicos venían alertando sobre la posibilidad de que un eventual huracán generaría exactamente las consecuencias que generó Katrina. La ciudad de Nueva Orleáns, construida por debajo del nivel del océano y del lago que la circunda, era evidentemente susceptible a sufrir una tragedia como lo que ha vivido desde el lunes 29 de agosto. Es decir, en los EEUU existe (¿existía?) una ciudad especialmente vulnerable a inundaciones, en la zona de paso de los huracanes; una ciudad con casi un millón y medio de habitantes, la inmensa mayoría de ellos pobres y afrodescendientes. Una ciudad con un sistema de diques de protección muy frágil, una ciudad en la cual se han construido puertos de gran calado para que los buques petroleros y de cualquier tipo pudiesen ejercer sus funciones. Sin embargo, en la primera potencia económica, militar y política del mundo, fueron incapaces de proteger con su gran tecnología a Nueva Orleáns para evitar la tragedia. El territorio de Holanda está bajo el nivel del mar, pero ese país ha invertido esfuerzos y tecnología para evitar que ocurra algo semejante a lo sucedido en EEUU. Holanda no es la primera potencia económica ni militar y d ehecho el ofrecimiento que le hizo a Washington tras la tragedia ha sido el de transferir sus experiencias tecnológicas para evitar que se repita un evento semejante. Es decir, en primer lugar la crítica la dirigimos al hecho de no haber tomado las previsiones tecnológicas para proteger a la ciudad. En segundo lugar, precisamente en una zona susceptible al desastre, no entendemos cómo la población no contaba con la formación necesaria para saber cómo actuar ante una alarma de huracán, para saber como evacuar la ciudad ordenadamente. Desde el 25 de agosto los medios de comunicación advertían que posiblemente Katrina pasaría por el Golfo de México y afectaría Nueva Orleáns, en esos días sólo los ciudadanos con vehículo propio pudieron escapar, las grandes mayorías,los pobres, quedaron al amparo de la fuerza destructora de la naturaleza. ¿Cómo es posible que en esos 3 días previos no se evacuase la ciudad a través de todos los medios posibles? En Cuba, una país en con limitados recursos tecnológicos (gracias al Bloqueo de EEUU, por cierto), se realizan evacuaciones de hasta 2 millones de personas para salvaguardar sus vidas ante las amenazas de huracanes. Para colmo se sabe que el presupuesto que se dedica al mantenimiento de los diques de protección de Nueva Orleáns fue reducido drásticamente en los últimos años. Posiblemente esos recursos se han destinado a financiar el gasto miliar de EEUU y sus invasiones preventivas e ilegales.
Bien, el huracán llegó y arrasó con la ciudad y con grandes regiones de los Estados de Luisiana y Mississippi. No se tomaron las previsiones, ni durante el gobierno de Bush, ni ninguno de los anteriores. Era de esperarse pues, al menos por vergüenza, una contundente respuesta posterior. Las primeras imágenes de la tragedia dejaron estupefactos a los televidentes en todo el mundo. Una ciudad bajo las aguas, sin servicios y unos ciudadanos desesperados que se dirigían al Centro de Convenciones y al Estadio buscando auxilio y que lo que conseguían era aglomeraciones, hacinamiento, desesperanza y aún más tragedia. En esos refugios sin la atención suficiente, los ciudadanos, la inmensa mayoría de ellos afrodescendientes, eran prácticamente secuestrados, y aunque quisieran salir para buscar mejores condiciones en las inundadas áreas, se les impedía. Pasó el martes, el miércoles, el jueves, el viernes y aquella respuesta militar humanitaria impresionante que todos esperábamos no llegaba y en los refugios proliferaban la muerte, el hambre y el sufrimiento. Al amanecer del sábado, casi cinco días después que Katrina azotara la zona, fue que se comenzó a sentir el vuelo masivo de helicópteros y el arribo de camiones militares con suministros y médicos. Desde ese día las labores de evacuación han sido eficientes. La pregunta es ¿por qué se tardaron 4 días en llegar? La respuesta la desconocemos, sin embargo la situación es injustificacble. Cuántas vidas se hubiesen salvado si el martes 30 hubiesen comenzado las labores de evacuación. Ojalá hubiesen evacuado a los ciudadanos como evacuaron y protegieron las refinerías que estaban en la región.
Las razones específicas de la no previsión anterior y de la no atención posterior habrá que investigarlas y sacarlas a la luz. En nuestra opinión la tardanza debería tener implicaciones legales contra el Presidente Bush, la gobernadora del Estado y el Alcalde de Nueva Orleáns. Sin embargo, un elemento subyacente inocultable es el modelo de desarrollo, el capitalismo voraz que se ha impuesto en el mundo y que perjudica incluso a los EEUU fronteras adentro. Un modelo que también impera en nuestros países y que en Venezuela, por ejemplo, tratamos de cambiar. Un modelo que privilegia los intereses económicos, petroleros, bélicos y mediáticos sobre los humanos y ambientales. Gobiernos como el de Bush llevan a la humanidad hacia su destrucción, no puede haber desarrollo sustentable dentro del marco capitalista. Por ello, esperamos que el pueblo de los Estados Unidos analice y reflexione lo ocurrido, farsa de la invasión a Irak y la ineficiencia en la atención a un desastre plenamente previsible son razones suficientes para que los estadounidenses con su participación política y social le den un cambio de rumbo a sus gobiernos, desplazando las élites dominantes que no los representan y permitiendo que el pueblo llegue a la Casa Blanca. Mientras tanto, los pueblos y gobiernos dignos del mundo seguiremos señalando los pecados del capitalismo y los atropellos del imperio. No hay tiempo que esperar, nuestros hijos pueden fallecer en catástrofes semejantes si no cambiamos el modelo de desarrollo, si no aprendemos a respetar a la Madre Tierra. Los EEUU ni siquiera han ratificado el Porocolo de Kyoto para la Protección Climática, de hecho el gobierno actual ha retirado la firma de dicho instrumento, firmado por Clinton, alejándose cada vez más de su ratificación legislativa, de su puesta en práctica y de convertirse en un paso firme en la disminución de los agentes contaminantes con los que estamos destruyendo nuestro planeta y poniendo en riesgo nuestra existencia como especie. Un último mensaje para los estadounidenses: Por sus frutos los conoceréis, sacádlos del templo a latigazos siguiendo el ejemplo de Cristo.
PETROCARIBE AVANZA
El pasado martes en Montegobay, Jamaica, se celebró la II Cumbre de Jefes de Estado o Gobierno de Petrocaribe. Se ha avanzado en la institucionalidad de el consorcio, se firmaron los acuerdos fundamentales y se instruyó la realización de los estudios pertinentes para tener una visión más precisa de todo aquello en lo que Petrocaribe pueda serle útil a los hermanos caribeños. Pero además, se creó un fondo para proyectos socioeconómicos, adicional al Fondo Alba Caribe creado en Puerto la Cruz en junio pasado. Lo anterior es un claro ejemplo de lo que significa esa integración distinta que ha propuesto Venezuela, la Alternativa Bolivariana, en la cual los convenios económicos o energéticos tendrán sentido, si y sólo si, vienen acompañados de proyectos y acciones concretas para combatir la pobreza y la exclusión, así como para acercar culturalmente a nuestros pueblos. La institucionalización de Petrocaribe permitirá que en breve se comiencen a ver sus resultados. Ellos impulsara propuestas como Petrosur y Petroandina, creando paso a paso la gran Petroamérica. La integración latinoamericana y caribeña, esencial para poder sobrevivir como pueblos, comienza a concretarse en lo energético con gran fuerza. Tal como ocurrió en la Unión Europea en los años 50, tras la integración de un sector económico, se fue desbordando la integración hacia el resto de la economía y luego trascendió a lo político, cultural, social y hasta militar. En nuestro caso, la voluntad política, la integración económica y los beneficios sociales de esa integración van de la mano, por lo que, si continuamos dando pasos firmes como Petrocaribe, pasaran pocos años para ver hecho realidad el seño bolivariano de la fuerza de la unidad y el progreso con justicia social y ambiental.