Cronopiando

¿Es Estados Unidos una república bananera?

Cuando a finales de agosto del 2005 el huracán Katrina destruyó Nueva Orleáns y otras ciudades del litoral sur de Estados Unidos, la crónica de aquella desgracia que provocara más de 3 mil muertos, parecía extraída de un manual no escrito de la perfecta república bananera americana.
Entre otros aspectos, diez graves circunstancias respaldaban la semejanza:

1.- A pesar de saberse la trayectoria y dirección de la tormenta Katrina desde siete días antes, sólo a última hora comenzaron a activarse los mecanismos de seguridad y socorro.
2.-Sólo fueron trasladados los ciudadanos que pudieron costearse su salvación, que pudieron pagar su socorro.
3.-Los guardias nacionales encargados de preservar las vidas en las ciudades y comarcas inundadas, no estaban en ese servicio, sino empleados en otros afanes y oficios, a 12 mil kilómetros de distancia, en Iraq.
4.- Buena parte del material de socorro que debió servir para resguardar la vida de la población amenazada por la tormenta, ya transformada en huracán, tampoco estaba donde debía sino en Iraq.
5.-No había habilitados refugios en condiciones ni dotados de comida, linternas, mantas o agua potable.
6.-La población más pobre y más negra fue la más perjudicada y la que más muertos y desaparecidos aportó a la tragedia.
7.-Turbas armadas asaltaron algunos supermercados y policías provocaron más víctimas disparando sobre alborotadores y personas desesperadas.
8.-A las zonas de desastre llegaron antes los periodistas que los médicos y las cámaras de televisión antes que los botiquines.
9.- Todavía se ignora el número de muertos y desaparecidos.
10.- El presidente estaba de vacaciones.

Lejos estaba yo entonces de imaginar hasta qué punto iban a seguir apareciendo nuevos puntos de encuentro entre la administración estadounidense y una vulgar y bananera república.

Ayer, sin embargo, nos enterábamos de que parte de los mil millones de dólares que el Gobierno de Estados Unidos destinó como ayuda para las víctimas de los huracanes Katrina y Rita fueron gastados en vacaciones en República Dominicana y Hawai y en otras lúdicas actividades, no precisamente de emergencia.

Los cálculos de la Oficina de Contabilidad de la Casa Blanca indican que las malversaciones de fondos alcanzan más del 16 por ciento del total de la ayuda.
Sobre los gastos en República Dominicana no hay detalles, pero se supone que fueron hechos en hoteles y playas del Este.

Según la auditoría, los usos irregulares de esos fondos incluyen a un hombre que utilizó el dinero para cambiarse de sexo y un funcionario que compró una botella de champán de US$200 en un club de "strip-tease". Otra empleada, gastó US$300 en vídeos pornográficos. Otro funcionario habría gastado miles de dólares para pagar los servicios de un caro y efectivo abogado en un proceso de divorcio.

El diario digital Rebelión publicó que entre las personas que solicitaron ayuda a la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (Fema), algunas usaron direcciones falsas, incluyendo una que resultó ser un cementerio de Nueva Orleans.

Otras personas utilizaron el dinero para adquirir entradas para el fútbol americano, irse de vacaciones al Caribe o comprar joyas. Quien se decidió por conocer Hawai se pasó 70 días en un hotel de aquel centro turístico.




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